Año 2017 de mas luchas y batallas por librar el que comienza y de encrucijadas necesarias de saldar positivamente para beneficio del pueblo venezolano y consolidar la estabilidad y la paz de nuestra República. La oposición ha entrado en fase de encrucijadas de las cuales sin duda no va salir ilesa ya, de ninguna forma.
La derecha, en mala hora para ellos, leyó la victoria del 6-D como un momento crucial para que sus mas fanatizados acólitos salieran a demoler al chavismo, como si tal cosa fuera cosa sencilla. Ofrecieron la caída del Gobierno y al menos 10 formas de llevar a cabo este proceso olvidándose del pequeño detalle que implica poner en peligro la paz de toda una Nación por simples apetitos políticos.
Pues el resultado lógico fue el aislamiento y la entrada en un callejón sin salida, del cual saldrán pagando un elevado costo político, ya que cualquier dirección que tomen les acarreará casi que tener que comenzar de cero en todo sentido; esto sin tomar en cuenta como quede la relación de tutelaje y subordinación absoluta a los intereses recolonizadores del establecimiento político de Estados Unidos, a punto de ser regentado por Donald Trump.
Las ecuaciones en este sentido son bien sencillas: procurar salidas violentas, o de hecho, como declarar el abandono del cargo de un Presidente en pleno ejercicio, sin siquiera tener capacidad política para hacer valer tal decisión (sin dar un golpe de Estado) les terminará por dejar desnudos en la noche en un ridículo monumental, quitando a borbotones seguidores.
Tratar de regularizar las relaciones Legislativo-Ejecutivo, tensadas por creer que el Poder Legislativo de aquí es como el de Brasil (tal vez hasta mas de uno se lo vendió así a su mecenas internacional), entonces significará un acto de genuflexión con el “régimen”. Conseja lanzada al viento por los fanáticos fascistas que anhelan reeditar la locura opositora de febrero de 2014.
Levantarse definitivamente de la Mesa de Diálogo, después de cometer el error de colocarle fechas, plazos, y de ni siquiera cumplir la parte comprometida con los acuerdos, podría convenir a los mas fanáticos, mas no a la comunidad internacional que incluso se ha pronunciado a favor de esta instancia promovida por cierto no por otra persona sino por Nicolás Maduro Moros, así se irrite quien se irrite.
La oposición debe pensar muy bien sus próximas jugadas, su credibilidad como factor de poder y su margen de error, producto de soberbias y fanfarronería políticas, están en peligro inminente. Todo esto sin contar su unidad interna y las candidaturas regionales.