Creando conciencias |¡Al Maestro, con cariño! (Opinión)

La pasada semana se conmemoró el Día del Maestro. Por ello es obligatorio mencionar al Maestro de América, Luis Beltrán Prieto Figueroa, quien en su libro El Estado Docente, una de sus muchas obras sobre la educación, señaló: “Hay que luchar por el establecimiento de un régimen de igualdad, donde el poder económico esté en manos del Pueblo mediante el control de las industrias básicas y las palancas del poder económico, del crédito representado en los bancos, donde la tierra labrada por los campesinos, organizados en grandes cooperativas, produzca para todos y no para beneficio de una casta. En ella el pueblo liberado de la coyuntura oligárquica puede organizar escuelas para formar ciudadanos y no ‘lacayos sumisos’ ni trabajadores para producir a las órdenes de un amo”.

Consideraba que el título de Maestro era el más alto honor al que se podía aspirar. En sus propias palabras: “Es una profesión que no tiene límites. Ser Maestro es entregarse por entero al servicio de los demás, sin pensar en beneficio propio”. Según su concepción, el Maestro es el creador de la Conciencia Democrática. Así decía: “… para que crezca y se perfeccione el porvenir de la Democracia, para que se afirme en forma indestructible en la conciencia de todos, se precisa de buenos maestros”.

En la Primera Convención Nacional del Magisterio, celebrada el 15 de enero de 1936, la Sociedad Venezolana de Maestros de Educación Primaria se convierte en la Federación Venezolana de Maestros y Prieto Figueroa es nombrado como su primer presidente.

La lucha de los maestros por sus derechos durante la IV República fueron intensas y aleccionadoras; persecuciones, detenciones, planazos, allanamientos a las Federaciones, fueron factores que generaron acciones huelgarias que lograron grandes objetivos. Aristóbulo Istúriz, Isaac Olivera, Humberto Anzola, Teolindo Jiménez, Rudecindo Oberto y muchos otros jugaron un papel de suma relevancia. Tuve el privilegio de acompañarlos en sus luchas y me honraron con la entrega de cinco placas de reconocimiento por mi actuación desde la CTV.

Hoy, lamentablemente, la división del Magisterio en más de 12 Federaciones, impide la consecución de justas reivindicaciones; es necesaria la unidad formando una sola Central en la que sus líderes sean escogidos democráticamente por sus agremiados.

¡Felicitaciones, abnegados Maestros!

T/ Casto Gil Rivera