Desde el pasado 26 de septiembre el pueblo mexicano está viviendo sucesos que creo muy pocos llegamos a pensar que en el actual siglo que estamos viviendo, volverían a repetirse.
Todo empezó cuando un grupo de jóvenes estudiantes de la Escuela Normal «Raúl Isidro Burgos», de Ayotzinapa desaparecieron en el estado sureño de Guerrero en una protesta contra la discriminación que sufren en la repartición de plazas en favor de escuelas urbanas por parte del gobierno de esa localidad.
Según la información del Centro de Investigación y Seguridad Nacional, el alcalde de la zona José Abarca dio la orden de aquietar la marcha de los estudiantes quienes presuntamente se dirigían a entregarle un informe de labores a su esposa, ya que la misma se desempeña como presidenta del Desarrollo Integral de la Familia Estadal.
En este sentido, una vez emanada la orden, Felipe Flores, director de Seguridad Pública de Iguala, impidió el paso a los estudiantes lo que generó una ola de disturbios contra los presentes dejando el saldo de seis personas muertas y 43 estudiantes desaparecidos.
Noticias como éstas no nos pueden dejar de afectar, de mover el piso, de llevarnos al pasado y pensar en todos esos estudiantes caídos por gobiernos derechistas, de reflexionar y preguntarnos qué estamos haciendo para solidarizarnos con las madres y familiares de esos estudiantes.
La prensa privada de la manera más cínica, superficialmente informa sobre la actual situación en México, invisibilizando el coraje del pueblo de Emiliano Zapata que lleva meses combatiendo ya prácticamente en todo el país.
Por su parte, el presidente Enrique Peña Nieto ofrece pañitos de aguas caliente cuando él también viene siendo otro cómplice de este abominable hecho.
Necesitamos una reacción de todos los pueblos que integran la Patria Grande. México necesita de nuestra solidaridad, que denunciemos ante el mundo la desaparición forzosa de todos estos jóvenes. Quedarnos callados nos haría tan cómplices como todos los involucrados; porque simplemente se lo debemos a Livia Gouverneur, Belinda Álvarez, Sergio Rodríguez, Noel Rodríguez, y por todos esos libertarios que creyeron que era posible un mundo mejor.
Como lo cantó Mercedes Sosa: “Me gustan los estudiantes que marchan sobre las ruinas con las banderas en alto pa’ toda la estudiantina son químicos y doctores cirujanos y dentistas caramba y zamba la cosa ¡Vivan los especialistas!”.