El 4 de junio de 1830 cae asesinado en una emboscada en la zona montañosa de Berruecos, el Gran Mariscal Antonio José de Sucre, el que en la batalla de Junín liberó a Ecuador favoreciendo la creación de Colombia la grande, formada por la Nueva Granada, Venezuela y Quito; y que puso fin al yugo español en Nuestramérica en la famosa batalla de Ayacucho. Es el más noble de los generales que tuvo a su mando el Libertador, el Abel de América, un hombre de apenas 34 años de edad, cuyas cualidades deben ser ejemplo a seguir por la juventud venezolana, expresa Gil Ricardo Salamé, investigador de la epopeya de Sucre.
Era un excepcional diplomático, estratega y guerrero: “ Cuando le anuncian que lo aguardan asesinos, seguirá adelante, impasible.” -dice citando a Rumazo González en su obra Biografía de Antonio José de Sucre.
“Siendo el cumanés un excelente estratega y planificador de batallas, tendría la apropiada para, hoy, cuando Venezuela libra la peor guerra que jamás ha sufrido, apoyada por EEUU y las clases más pudientes del país, conjuntamente con empresarios y partidos de extrema derecha”.
Especialmente respecto a la guerra económica que fue un problema que atendió con éxito, siendo cuidadoso hasta del más mínimo detalle, en los meses previos a la Batalla de Ayacucho –precisó el investigador.
TRATAMIENTO A LOS TRAIDORES
Vayamos ahora al tratamiento que le dio Sucre a los traidores. No se le conoce como hombre que mandaba a fusilar a nadie, fue magnánimo, perdonó a quienes lo trataron de asesinar y estos finalmente lo lograron.
“El Libertador, por lo contrario, sí fusiló a quienes trataron de asesinarlo en Bogotá el 25 de septiembre de 1828. Al único que perdonó fue al general Santander pero lo desterró de Colombia. Por tanto, ningún traidor a la patria, como los que existen hoy a montón, se salvaría de ser fusilado en las plazas principales de sus ciudades”.
La traición es imperdonable, sea durante nuestra guerra de independencia o durante esta guerra mediática y económica y los traidores no merecen perdón alguno ni ayer ni hoy -señaló, recordando que Bolívar mandó a ejecutar a muchos durante su Decreto de Guerra a Muerte, que duró 7 años.
Regresaba Sucre de Bogotá hacia Quito cuando, transitando por las cercanías de Berruecos, cuando pasó solitario de montaña al sur de la Nueva Granada, lo matan a traición de dos balazos, uno en la cabeza y otro en el pecho.
EL APRECIO DE BOLÍVAR
El Libertador, que no tuvo hijos, amaba mucho a Sucre. Ese gran cariño se manifestó desde que lo conoció, hecho que según el general Daniel Florencio O’Leary, ocurrió en 1819. Sabemos que el Libertador, juez extremadamente competente para juzgar méritos, vio en él sus altas cualidades.
Por eso se decía que era el sucesor de Bolívar y en las intrigas de Colombia la Grande se decía que la reforma constitucional de 1830 se apoyaba en esta idea. Todo eso puede haber sido la causa de su asesinato.
El general francés Perú de La Croix refirió en su “Diario de Bucaramanga”, la siguiente anécdota:
“Pocos meses antes de nombrar a Sucre el mando del ejército del Sur, el día en que el Libertador entraba a Cúcuta de regreso de Cartagena salió Sucre a recibirle. Al verle venir yo, que no lo conocía, le pregunté al Libertador quién era aquel mal jinete que se nos acercaba. “Es, respondióme, uno de los mejores oficiales del ejército, reúne los conocimientos de profesionales de Soublette, el bondadoso carácter de Briceño (Méndez), el talento de Santander y la actividad de Salom. Por extraño que parezca no se le conoce, ni se sospechan sus aptitudes. Estoy dispuesto a sacarle a la luz, persuadido de que algún día me rivalizará”.
Probó sus talentos de estratega planificador en batallas como las de Pichincha, de la que hace pocos días se cumplieron 194 años y en Ayacucho. También en Carabobo, llamada por él “La Campaña de 1821”, dice el historiador Lino Duarte Level, quien especifica: “Cuando el Libertador vio el plan de campaña trazado por Sucre; lo comparó con el que presentó Briceño Méndez; su inteligencia le hizo adivinar el genio de Sucre, y ahora se confirmaba este vaticinio. Solo Bolívar podía entonces llevar a cabo tan estratégica concepción, porque él era el centro y la voluntad que daba unidad a los esfuerzos populares.
CUALIDADES DE SUCRE
Son muchas las cualidades de Sucre destacados por el investigador Salamé, comenzando porque desde muy joven luchó por la independencia de su gran patria, Sur América y también quiso liberar a Cuba.
“Fue magnánimo, nunca le tuvo rencor a nadie, ni fue vengativo. El general Canterac pasó por las armas a su hermano Francisco, en Cariaco en 1818, y cuando Sucre lo vence en Ayacucho, el 9 de diciembre de 1824, le da el trato humano que exige su condición de prisionero, sin pretender venganza”.
Sucre cumplió a cabalidad las órdenes de sus superiores aunque no estuviese de acuerdo con ellas, como sucedió después de la Batalla de Junín, el 6 de agosto de 1824, cuando el Libertador lo envió a recoger los despojos de guerra en el campo de batalla. Después que cumplió la orden a cabalidad, le protestó a Bolívar. Este hecho le sirvió de ejemplo a muchos oficiales patriotas -contó.
Se ocupó de beneficiar a los más pobres, como fueron los indígenas de los países que liberó al Sur de América y fue llamado por sus tropas: “El general de los soldados”, debido el buen trato que les dio, sin dejar de imponer su disciplina y jamás aceptó la invasión de tropas extranjeras en territorios liberados por él.