Por Hugo Cabezas|¡El sacudón! (Opinión)

El sacudón, así ha denominado el presidente de la República, Nicolás Maduro, al proceso de profundización de la trasformación del Estado que exige el momento histórico que vive la Revolución y que corresponde, tácitamente, a la continuidad del proceso iniciado por el Comandante Hugo Chávez para refundar la república y construir una Venezuela digna, soberana y productiva, que garantice la mayor suma de felicidad posible para todos y todas.

Como suele ocurrir en estos casos, la derecha parasitaria y sus sesudos analistas banalizan la propuesta e incluso la estigmatizan dando a entender que se trata de un simple “cambio de ministros”, cuando en realidad supone “el sacudón”, la potenciación de las transformaciones que desde hace ya 15 años viene adelantando la Revolución Bolivariana en la estructuración y gestión del Estado. En tal sentido lo primero que debemos decir es que “el sacudón” no es un nuevo plan, sino la continuidad de un proceso que nos legó el Comandante supremo y que la coyuntura histórica nos exige aplicar estratégicamente.

De igual forma es pertinente decir que “el sacudón” no se trata de una “reforma” del Estado al estilo de la Copre, que gestionó la reducción del Estado en beneficio de la oligarquía apátrida nacional durante las décadas de los 80 y 90, bajo la figura de la privatización y la mal entendida descentralización. Por el contrario, el sacudón se refiere a la revisión de las viejas estructuras burocráticas ineficientes, corruptas y poco, muy poco productivas, por un nuevo esquema organizacional casado con los conceptos de Poder Popular, transparencia administrativa y productividad como parte de la construcción de un nuevo Estado socialista, eficiente, soberano y que verdaderamente potencie las capacidades productivas del país.

Nuestra Revolución, con la audacia política del Comandante supremo, ya ha puesto en marcha varias políticas, programas e incluso estructuras que demuestran que otra forma de aproximarse a la solución de los problemas del país, desde el Estado, es posible. Tal es el caso de las misiones, cuya innegable efectividad ha permitido atender la enorme deuda social acumulada y sacar de la pobreza a cientos de miles de venezolanos. Por ello los revolucionarios debemos incorporarnos a “el sacudón” no desde la óptica neoliberal de la burguesía, esperando cambios gatopardeanos, sino desde la visión audaz del revolucionario que nos legó el comandante Chávez para seguir haciendo posible lo que siempre nos dijeron que era imposible: una Venezuela libre, justa y productiva.

@hugocabezas78