Por Walter Ortiz|¡Es la economía! (Opinión)

La gestión económica en cualquier sistema político que se precie debe ser valorada desde un punto de vista estructural y coyuntural. Es un asunto de principal tarea de un equipo de gobierno, en el contexto general de la gestión. En el caso venezolano, con mucho, es el problema que mas aqueja la cotidianidad actual del ciudadano.

Razón evidente de fuerza que lleva al Gobierno a tomar medidas para enfrentar una crisis económica cuyos principales componentes son una caída brutal de los precios del petróleo, una guerra establecida con propósitos políticos por parte de los factores monopólicos y oligopólicos de la oligarquía nacional y, también, evidentes errores en la gestión de empresas estratégicas, las cuales de ser suficientemente eficientes ya hubieran dado al traste con los enemigos que nos hacen la guerra.

Se hace necesario consolidar el proceso de estabilización de una economía que ha sufrido una histórica reducción de ingresos nacionales, cuestión que se quiera o no afecta en los indicadores sociales mas esenciales, como pobreza y pobreza extrema, alimentación, acceso a medicinas, entre otros aspectos.

En tal sentido, el Gobierno Nacional ha procurado el incremento del salario, como medida paliativa y de protección ante una inflación que tiene diversos componentes, pero que uno de ellos, insoslayable, es la imposibilidad de continuar subsidiando un conjunto de insumos que posibilitaban la manufacturación de bienes y servicios de diversa índole. Por supuesto, tal cosa es aprovechada por un factor especulativo que, dominado por una burguesía cuya riqueza es subsidiada por el Estado, históricamente ha actuado de este modo, inflando precios de forma injustificable.

Se han realizado esfuerzos para que el impacto de la crisis no termine en el despeñadero neoliberal de los años 90 del siglo pasado. No se ha sistematizado alguna acción para congelar la política social (salud, educación, vivienda, entre otras), cuestión que no solo se viene haciendo en Argentina y Brasil, sino que es parte del programa del “cambio” aquí en Venezuela.

Un país tan dependiente del ingreso petrolero, como históricamente lo hemos sido nosotros, luego sufre las consecuencias de sentar cualquier modelo sobre la simple extracción de un recurso. El presidente Nicolás Maduro ha llamado y hace esfuerzos para salir de ese esquema de renta, lo cual terminará de visualizarse con las venideras medidas en materia económica, fiscal y monetaria.

A pesar de los agoreros, ya nada detiene el paso firme de la estabilización de la economía y la futura consolidación del diálogo nacional. Quien ande en otro camino se aislará del conjunto de la sociedad venezolana, y quedará en la soledad de la noche con su agenda bajo el brazo.

walter1982@gmail.com
Caracas