Columna Reporteando|¡Esto no es vida, esto es comercio! (Opinión)

La transacción que se lleva a cabo con el objetivo de comprar o vender un producto se denomina comercio. Es un flagelo que ha venido ganando una gran cantidad de seguidores, debido a las grandes ansias de consumo que las multinacionales han añadido a nuestras culturas y que nuestro pueblo muchas veces carente de conciencia adopta como propias, convirtiéndose así en el depredador acérrimo de la mercancía fabricada por el capital.

El medio de cambio en el comercio suele ser el dinero; sin embargo, no podemos dejar de lado que, antes de que apareciera el dinero, las antiguas civilizaciones utilizaban el método del trueque para llevar a cabo una operación comercial.

Algo así como que el dueño de Daka me dé una nevera a cambio de cuatro puertas para su negocio que bien pudiese necesitar, y que yo -si fuese carpintero- seguramente se las daría; lo que sucede es que cuando eres un productor del consumo y que entre tus principios tienes como objetivo fortalecer una sociedad de explotación capitalista por conveniencia, solo piensas en dinero como la única herramienta posible de cambio ante las multinacionales que mantenemos produciendo mercancía.

Si todos estos comercios no tuvieran impulsivos consumidores, quizás solo fueran una gran vitrina de productos o mercancía ideada en el capitalismo; pero no podemos obviar que nadie nos está obligando a hacer largas colas para comprar tantos productos como nos sea posible, según alcance nuestro presupuesto, para transformarnos en microproductores del consumo. Del que directa o indirectamente hacemos que resista.

El filósofo griego Platón dejó muy claro en El mito de la caverna cómo la gran mayoría de los seres humanos vive una falsa realidad, siendo desconocedores totalmente de la verdad, viviendo una completa vida siendo esclavos de unos pocos autoerigidos en “amos”, lección que es similar a la sociedad de consumo de la que no queremos dejar de ser protagonistas. Inmediatamente sabemos que el llamado de Platón era al despertar de la conciencia, que no es más que el conocimiento que tenemos de nosotros mismos y de todo lo que nos rodea.

El comandante Hugo Chávez trató de hacernos ver durante 14 años la diferencia que existe entre el consumismo y la justicia social. Decía: “… Nosotros venimos de menos a más, cada día tendremos más estabilidad política, social, económica, financiera y productiva”.

Pero esto no quiere decir, compañeras y compañeros, que la estabilidad financiera por la que tanto apuesta la Revolución Bolivariana sea sinónimo de mantenimiento del sistema capitalista a través de los sueldos y salarios de la clase trabajadora que es víctima del comercio de la vida.

T/ Loel Henríquez

Es un flagelo que ha venido ganando una gran cantidad de seguidores, debido a las grandes ansias de consumo que las multinacionales han añadido a nuestras culturas y que nuestro pueblo muchas veces carente de conciencia adopta como propias, convirtiéndose así en el depredador acérrimo de la mercancía fabricada por el capital
CUIDADO. LA PROPAGANDA DE LOS MEDIOS DEBE SER CONTROLADA.
LA COMODIDAD ES NECESARIA, PERO LAS COMPRAS COMPULSIVAS SON TENEBROSAS.
CONTROL A LA PROPAGANDA, IMPONER ALTOS IMPUESTOS.
CONTROVERTIR LOS PROGRAMAS DE MEDIOS, CON INSTRUCCIONES EDUCATIVAS
DE PRONTO LA GENTE QUIERE TENER UNA RENTA, INVERTIR EN ALGO.
ANTE LA LEY DE ARRENDAMIENTOS LA INVERSIÒN EN FINCA RAIZ DECAYÒ
HAY QUE PROPICIAR UNA RENTA PARA LA GENTE COMUN, DE LA MISMA MANERA QUE LOS BANCOS .
RESPETAR LA PROPIEDADE DE CASAS APARTAMENTOS Y LOCALES