El artero ataque de la prensa imperialista contra el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, es el comienzo de la campaña electoral, de parte de la derecha, que se empleará a fondo en la guerra sucia, lo único que ellos saben hacer.
Cuando se habla de inicio de la campaña, no nos referimos a las primarias que en 12 estados convocaron el domingo pasado, porque ese hecho político no es otra cosa que un “foul ball” para decirlo en términos beisboleros.
Como se ven más perdidos “que el tigre de El Pinar”, ya empezaron a decir que habrá fraude y que según las “encuestas confiables” –que nadie sabe cuáles son- el chavismo perdería el control del principal foro político del país y, –de manera inmediata- aprobarían una Ley de Amnistía General, según el pronóstico que el lunes dio a conocer Ramón Guillermo Aveledo: “el defenestrado”.
Vale decir, que su única preocupación es poner en libertad a las personas involucradas en la guarimba y en el intento de golpe de Estado.
Esos políticos de pacotilla, agrupados en la MUD, no se dan cuenta de que la escasez de alimentos y la inflación son problemas que afectan a todos los venezolanos y que el presidente Nicolás Maduro hace denodados esfuerzos por superar esta situación difícil para el país.
La derecha no quiere entender que el pueblo venezolano está resteado y que sabe afrontar las dificultades. La crítica de la calle es asumida con valentía por el chavismo y ello marcará la diferencia.
Ya lo ha dicho el camarada Diosdado Cabello: “¡Somos irreductibles!”, ¡Aquí no habrá capitulación frente al imperio, aquí no habrá conciliación con los enemigos del pueblo!
No es la primera ni será la última batalla que debamos librar, lo decisivo es que el chavismo, sin negar las dificultades que tenemos por delante, estamos listos para dar la pelea y derrotar la guerra sucia de los secuaces del imperio.