Por Yvamir Mora|¡La Batalla decisiva! (Opinión)

La historia muy pocas veces tiende a equivocarse. En el antecedente, nuestras batallas de independencia han sido referencia de nuestro momento contemporáneo actual. «Bolívar se vuelve hombre cada 200 años», es la interpretación que hago parafraseando a Rafael Galbán, de donde nace la historia del movimiento independentista del siglo XXI.

No es en vano aprender de nuestros momentos históricos, vivencia que ilustra cuál debe ser el comportamiento dentro del ideal bolivariano, ese que estuvo escondido gracias a las fuerzas elitescas que impidieron al pueblo conocer su verdadera identidad, contada en simple paráfrasis dentro de los libros de la Historia de Venezuela, antes del nacimiento de la V República.

Como dicen las Sagradas Escrituras de la Biblia: «El que tiene oídos, que oiga; y el que tiene ojos, que vea», y evidentemente en nuestra historia contemporánea debemos oír, ver e interpretar. Lo cierto del caso es que la Batalla de Urica, bajo mi perspectiva, define indiscutiblemente nuestra próxima batalla política a desarrollarse en dos eventos de participación popular, en los que es vital la reorganización de las tropas que derrotarán a las fuerza realistas.

Esta reorganización debe consolidar el debate de ideas y combatir las sistematizaciones que se mantienen conyunturalmente en la actualidad, hecho que merma el pensamiento político del pueblo, pero con todo ello, sopesa la sindéresis del compromiso inquebrantable de no entregar los logros alcanzados. Pero ello, también, obliga a desaparecer el despotismo en todas sus dimensiones.

El propio presidente Hugo Chávez Frías siempre sostuvo por sobre todas las cosas, defender a capa y espada el proyecto bolivariano, como hasta el último momento de su vida lo hizo. Sobre ello, no existe ni debe persistir ninguna duda dentro de las tropas que aún se mantienen de pie en defensa del territorio a ser librado y liberado. Pero insisto, es necesario desaparecer el despotismo que impera en todas sus dimensiones.

Es pertinente alertar que, de no saber interpretar esta batalla, de nada sirve organizar a última hora al remanente de la tropa que se encuentra en la retaguardia. Nuestra organización debe desmembrar los círculos que manchan la moral en contra del pueblo, pero también debe desmontar la canalla y la mentira creada desde los alrededores de nuestro puesto de batalla, y girar su ataque hacia su propio centro de control. ¡Será hasta entonces!

yvamir@gmail.com

Estamos Claritos… Excelente Articulo! Esa es la direccion correcta para q nuestro Pueblo este cada dia mas informado!