Hace tres años conocimos la noticia del cambio de paisaje del “militante de la esperanza” Carlos Escarrá Malavé y aún tenemos a flor de piel la sensación de perder la oportunidad de seguir compartiendo con una fuente inagotable de estímulo, desafíos, enseñanzas y sobre todo de eso que llamó Augusto Mijares: “… sentir la Patria hasta en las vísceras”. Miles de personas tienen razones para valorar sus aportes y reconocer que, aún en las diferencias, es un ejemplo a seguir.
Desde aquel 25 de enero, la consigna es ¡Carlos sigue en batalla! El comandante Hugo Chávez, cuando se refirió a él en un acto de graduación de Oficiales de Tropa en la Academia Militar, lo calificó como “un revolucionario, un gran soldado de este pueblo”; “un soldado de la ley”; “un hombre entregado a la batalla” y agregó: “… Nosotros seguiremos con él, en la batalla”.
Para dar esa batalla, debemos estar en permanente revisión con las posiciones que asumimos, para que sea la constancia, el compromiso y la lealtad, lo que nos indique si estamos en la batalla de Carlos o, si por el contrario, nuestros intereses personales, bajas pasiones o debilidades, nos están apartando del objetivo colectivo y nos inducen a construir una pequeña batalla en un submundo, que inexorablemente terminará como una escaramuza contra nosotros mismos.
Tomemos el ejemplo del pueblo para reafirmar el compromiso con el ejemplo de Carlos. Aprovechemos tantas expresiones vertidas en los medios de comunicación para nutrir nuestras conciencias que hoy están urgidas de fortalecerse en el legado de este luchador incansable, que, sin que nadie se lo imaginara, comenzó a prepararnos para el momento en que nuestro Comandante Eterno librara su última batalla por la vida y pasara, igual que él, a la inmortalidad.
Hoy, cuando está en pleno desarrollo un inédito golpe económico, como aquel “golpe jurídico” que en el 2002 dejó libres a los golpistas del 11-A por estar “…preñados de buenas intenciones”, necesitamos el ejemplo de Carlos Escarrá Malavé para impedir el avance del engaño de los falsos de siempre que, explotando la necesidad, intentan manipularnos para arrebatarnos la Revolución.
¡Vamos con Chávez, con Carlos, a dar la batalla para también derrotar el golpe económico!