Afro|¡Muñecas negras a la vista! (Opinión)

Con una exposición de muñecas negras se busca crear una representación de las mujeres del pueblo sobre sí mismas, en la búsqueda de la identidad regional, contrarrestando los estereotipos de la industria cultural.

El pasado jueves 26 de enero se realizó una Expo-venta llamada “Encuentro de Muñecas Negras”, a propósito del cuento La muñeca negra de José Martí. El evento se organizó conjuntamente entre los ministerios del Poder Popular para la Mujer y y el de la Cultura, como parte de las actividades que por el natalicio de José Martí celebra la Casa Nuestra América José Martí.

A esta actividad concurrieron artesanas muñequeras de Caracas, Vargas y Miranda, quienes expusieron a las y los transeúntes, tradicionalidad, originalidad y belleza en sus muñecas, mostrando además nuestra venezolanidad, promoviendo espacios para la identidad étnica y para superar estereotipos discriminatorios y racistas.

LA PROPUESTA DE IDA CLEMENTE

Nuestra Ida Clemente propuso alguna vez el rescate de las muñecas negras y revisaba su impacto en el proceso socio-productivo de las comunidades afrodescendientes.

Las muñecas, decía Ida, “…han estado siempre y estrechamente ligadas a la evolución del ser humano y son producto de las circunstancias culturales y sociales de los pueblos. Contemplada en sus inicios como elementos religiosos, sin embargo han sabido adaptarse a las necesidades de la sociedad, convirtiéndose en sueños de niñas y no tan niñas”.

Y recordaba un artículo de Casimira Monasterios en el que ésta se refería ala expresión “Es bonita pero es negra” porque al igual que las y los afrodescendientes las muñecas negras están signadas con esta expresión, o decir ¿no tiene otra muñeca, de un color mas claro? ¡Marroncita! Los venezolanos que vivimos en una sociedad igualitaria, en la que no hay racismo y el patrón de la belleza la llevan las muñecas de carita rosada y cuando queremos colocar un color diferente en el cabello también la critican. También está presente, además del racismo, el endorracismo en nuestras comunidades afro.

En palabras de Casimira, con las muñecas negras se busca resignificar de una manera revolucionaria, volver la mirada a la cotidianidad venezolana, lejos del televisor, del plástico. Colocarnos como constructoras (res), creadoras (res), hacedoras (ras) de un objeto que desde nuestro imaginario social cobra vida, nos llena de afectos y emociones positivas que se encuadran con los valores éticos y de identidad.

En especial con la virtud de la laboriosidad que despierta el amor al trabajo, la comunicación, la vida en colectivo, la convivencia y el humanismo como premisa para la vida comunal y socio productiva.

Es necesario desmontar todo el entramado, sociocultural, religioso, político, económico estético y comunicacional sobre el cual se ha articulado y perpetuado esta situación de discriminación, de exclusión, de dominación y de injusticia contraria a nuestra Constitución Nacional y a nuestro espíritu bolivariano, revolucionario.

Y puntualizaba la profesora Clemente: … El retomar la tradición de elaboración de muñecas negras como proceso organizacional socio-productivo constituye un proceso de resistencia cultural frente al consumismo, a la moda neoliberal, imperial expresada por la vía de la globalización.

Para ilustrar menciona los casos de las muñequeras de Margarita y el estado Sucre, cuyas muñecas negras representan valores ancestrales transmitidos por generaciones, como el caso de la abuela Guillermina Vargas, Berta Vargas, Amada Rojas, quienes perpetuaron la tradición.

Ida Clemente ya no está con nosotros pero su planteamiento sigue teniendo vigencia: “…Planteamos que con la Organización del Poder Popular pudiera estimularse este hecho cultural tan importante, su activación con sus trajes típicos de cada región, la manifestación de lo cultural, pues cada una de ellas se caracteriza por elementos importantes de la historia de nuestro país”.

SOBRE IMAGINARIOS Y CONSUMOS CULTURALES

Según la Primera Encuesta de Imaginarios y Consumos Culturales 2015 realizada en nuestro país “… A pesar de las tendencias evidenciadas en materia de gustos culturales, si estas se contrastan con las preguntas que se refieren a los gustos y preferencias culturales, se pone en evidencia que no necesariamente lo que mas se consume es lo que mas gusta, esto obviamente responde a una disonancia entre la oferta y la demanda existente y/o a las posibilidades económicas para realizar algunos de estos consumos”.

Estimular la producción de juguetes tradicionales, sin caer en patrones, puede incidir en las transformaciones culturales propuestas en nuestra Constitución y en nuestro proyecto revolucionario. Cambiar gustos es cambiar patrones de consumo, es cambiar mentalidades.

¡Bienvenidas las muñecas negras!

T/ Beatriz Aiffil