Socializadas bajo el patriarcado, las mujeres que logramos disfrutar nuestro derecho al placer somos estigmatizadas, cuestionadas, pre-enjuiciadas como verdaderas amenazas de la moral, sobre todo, la católica, que se ha empeñado en hacernos ver solo como vírgenes y luego madres, roles en los que el placer esta excluido. Nos da pena hablar de nuestro placer. Socialmente no está bien visto que una ande por allí pregonando a los cuatro vientos que se es feliz y mucho menos que una se hace feliz a sí misma. Vivimos en una sociedad que rinde culto al dolor y oculta el placer.
El placer por el placer mismo esta negado a las mujeres. Nosotras mismas debemos luchar con la culpa de declararnos un día de brazos caídos, de tendernos en la cama, a leer, dormir, masturbarnos, de postergar “los deberes” así en plural.
Nuestro derecho al placer esta ahí al alcance de nuestras manos y en la danza de nuestros dedos pero bloqueados por los patrones patriarcales que ha recibido nuestro cerebro. Darnos el permiso de conocer nuestros cuerpos, nuestros ritmos, nuestros procesos, nos aproximará a la posibilidad real de disfrutarnos más y darnos más placer.
Solo a través de la autoexploración podemos reconocer nuestras posibilidades, nuestras necesidades y poder compartirlas y exigirlas con el otro o con la otra.
Tenemos derecho al placer. Al placer de nuestro cuerpo, al placer sexual, al placer de salirnos de la norma, al placer de sentir. Desde nuestro Colectivo queremos que muchas mujeres, junto a nosotras, vayan descubriendo el placer que hay en sí mismas, en sus cuerpos, cuerpos diversos que cambian con el pasar de los días y los años, que verbalicen la experiencia placentera y puedan compartirla para la liberación de otras y otros.
Solo apropiándonos de nuestros cuerpos de mujeres, de nuestro propio placer podremos sacudirnos las trampas y las culpas. El adentro es un misterio incluso para nosotras mismas.
Tocar y aprender a hurgar dentro de nosotras, solas, decididas, una y otra vez cuantas veces sea necesario. Como rutina y práctica libertaria. Es nuestro derecho. Al placer por el placer mismo. Porque sí. Y porque nos dio la gana.