Por Beatriz Aiffil|¡Racismo es racismo! (Opinión)

Acabo de hablar esta semana con una de esas personas que aquí en Venezuela llaman blanca: tiene la piel clara, los ojos color caramelo, su carita fina como de muñequita de porcelana de esas que le traían a mi mamá de Trinidad cuando estaba chiquita, etc. ¡Ay!, pero esos pelos estaban desrizados, lasciados, alisados, estirados, planchados, castigados, digo yo. Pero además de tener el pelo liso-mientras-no-llueva, lo llevaba pintado de castaño claro de ese que ya no es castaño sino rubio pues, combinado con los ojos de miel.

Bueno, lo cierto es que esa “blanca” comenzó a relatar casi con horror que en los territorios indígenas se les está comenzando a discriminar a los “blancos” que vienen de la ciudad: los indios, figúrate tú, nos discriminan a nosotros que vamos a apoyarlos. ¡Eso es racismo al contrario!

Vamos por partes. El principal problema es que no siempre han ido a apoyarlos sino a chupárselos, a llevarles cultura suponiendo que no tienen la suya, a expoliar sus territorios, a desplazarlos, a comprarles sus espacios por una miseria para levantar centros de turismo, a desplazarlos o a esclavizarlos en empleos de miseria, entre otros males.

En segundo lugar ¿qué es eso del racismo al contrario? algunos lo llaman racismo al revés. Yo me pregunto ¿cuál es el racismo al derecho? ¿Cuál es el racismo en sentido correcto? ¿Cuál es el racismo aceptable? Estoy entendiendo que para algunos hay un racismo aceptable, lógico, natural. Pues no. Racismo es racismo venga de donde venga y vaya pa donde vaya.

Cada vez es más frecuente el hecho de que alguno comente que “ahora el racismo es hacia los blancos y especialmente si son sifrinos”, se quejan porque les están aplicando el racismo “a la inversa”, así lo llaman. Dicen que los tratan de blanquitos miqui miqui, que los mandan para su país o pa donde vinieron. En algunos casos me entra un fresquito porque las víctimas tienen cara de colonizadores malvados pero en otros me parte el alma porque son personas probadamente respetuosas y solidarias. A veces me pasa por la mente la idea vengativa de que les toque vivir sus 500 años de un proceso que llevó a muchos de nosotros al extremo de negarse a sí mismos. Pero no, no se trata de eso. ¡Racismo es racismo! y ese fenómeno no forma parte del proyecto socialista y humanista que tenemos planteado. No es parte de nuestra esencia ser racistas, ni siquiera en venganza.

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