¡Ah, que oleada de felicidad nos embargó estos días! Y digo felicidad, no otra cosa. Como un airecito de dicha y contentamiento que se activó soplando por todo el país, y llegó a todos los espacios donde la gente es gente. Felicidad. Esa palabra refleja como ninguna otra los sentimientos generalizados. Nada menos que eso.
Una verdadera sensación de júbilo colectivo, que se palpa en el ambiente, que se transmite en los encuentros y las conversaciones, con sonrisas, con gestos de alegría.
Eso fue lo que ocurrió con las medidas que anunció el Presidente contra las mafias de los billetes. Todos hemos sido testigos de ello. Ese golpe noble a los conspiradores nos supo verdaderamente a gloria.
¿Se lo puede imaginar Nicolás Maduro? ¿Alguien de su entorno habrá sido capaz de transmitirle la emoción que invadió el ánimo de cada uno de nosotros y de todo el pueblo en conjunto? Y hablo por supuesto del pueblo chavista, aunque me imagino que habrá habido también muchos escuálidos que en medio de la sorpresa no pudieron ocultar una cierta sonrisa.
No podemos sino agradecer al Presidente y a su Equipo de Gobierno por haber tomado las medidas que tomaron y recordarles al mismo tiempo que son ese tipo de satisfacciones las que nos pueden compensar por las dificultades y molestias del tiempo económico que vivimos.
Satisfacciones de índole espiritual y moral, cuando lo tangible, lo correspondiente al reino de las cosas, se encoge un poco en nuestra vida cotidiana.
Pero ¿no ha sido siempre lo espiritual lo que es capaz de producir la máxima felicidad en el ser humano? El amor, la ilusión, la esperanza, la convicción de estar luchando en el bando correcto; el ser y el hacer, mucho mas que el tener.
Hay que insistir en esta línea. Que la Revolución nos dé este tipo de satisfacciones.
En lo personal quiero dejar testimonio de que toda la molestia por las colas que he tenido que hacer en estos meses, todas las carencias, todos los obstáculos, todas las trabas, han sido compensados sobradamente por la alegría de este brillante, audaz e inteligente movimiento de contraofensiva.
¡Gracias, Presidente! ¡Así es que se gobierna!