Por Jean-Guy Allard|¿A qué viene Kurt Tidd, el nuevo jefe del Comando Sur? (Opinión)

El 14 de agosto último, cuando el secretario de Estado John Kerry levantó la bandera estadounidense frente a la nueva embajada de Estados Unidos en Cuba, reanudando así las relaciones diplomáticas entre las dos naciones, un alto oficial de la marina norteamericana observa con atención, con su uniforme protocolar.

Se trata de Kurt Tidd, entonces vicealmirante del Estado Mayor Conjunto, que estaba ya enterado de la nueva asignación que le tenía reservada el gobierno de Barack Obama para finales del año: Jefe del Comando Sur de Estados Unidos encargado de las operaciones militares de la superpotencia en América del Sur y el Caribe.

La presencia de Tidd frente al célebre edificio ubicado entre las avenidas Calzada entre L y Malecón, en el céntrico barrio habanero de El Vedado, al lado del canciller estadounidense Kerry, es significativa: las tareas cumplidas por Tidd en los últimos años tienen más que ver con la diplomacia que con la navegación. Y su nombramiento en esta Comandancia parece tener un objetivo muy claro: el Comando Sur se prepara para jugar un papel estratégico en los próximos planes injerencistas de la geopolítica norteña para el continente del Plan Cóndor.

En tal caso, Tidd sería el personaje perfecto, por lo menos para quien se cree dueño del mal designado “patio trasero”…

HIJO DE UN VETERANO DE TRES GUERRAS

Si exhibe un impresionante itinerario profesional, ilustrado por una impresionante sucesión de altas responsabilidades en la US Navy, el ahora almirante Kurt W. Tidd tiene la particularidad de ser hijo de un Vicealmirante también de impresionante carrera. Su padre, Emmett Hulcy Tidd, ahora de 92 años de edad, participó sucesivamente en la II Guerra Mundial y a los posteriores conflictos imperialistas de Corea y Vietnam.

Después de Corea, recibió entre varios otros el mando del USS Anderson, desplegado en el Pacífico Sur en el momento de la Crisis de Octubre (o de los Misiles) de Cuba.

En Vietnam, Tidd padre actuó de brazo derecho del vicealmirante Elmo Zumwalt, jefe de la flota estadounidense presente a lo largo de la costa del país agredido. En 1976 dirigió la fuerza naval en el Pacífico, nada menos.

AL FRENTE DE LA FLOTA EN EL GOLFO DE ORMUZ

En cuanto a Kurt Tidd, no es un admirante más del almacén de oficiales del Pentágono. Su carrera es una colección de misiones y de promociones que lo lleva desde situaciones de combate a los santuarios más distinguidos de Washington.

Al contestar las preguntas del Senado cuando se estudiaba su candidatura a la jefatura del Southern Command, como se denomina en inglés, el propio Tidd destacó a su manera los momentos más transcendentales de su carrera:

“He servido en varias asignaturas de la Marina de Estados Unidos conjuntamente a otras instituciones, que incluyen tareas de operaciones y de dirección del personal en el Pentágono y el Consejo de Seguridad Nacional, así como recorridos de mando y apoyo a las fuerzas de coalición en las operaciones Iraqi Freedom (Libertad Iraquí) y Enduring Freedom (Libertad Duradera)”, dijo.

La ocupación militar de Iraq –Iraqi Freedom– que provocó la muerte de decenas de miles de ciudadanos iraquíes, tenía como propósito, según palabras del expresidente George W. Bush, “desarmar a Irak de armas de destrucción masiva, poner fin al apoyo brindado por Sadam Hussein al terrorismo y lograr la libertad para el pueblo iraquí”. En cuanto a Enduring Freedom, desencadenada en Afganistán en respuesta a los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, provocó entre 150 mil muertes de civiles y militares en Pakistán y Afganistán.

Prosiguió: “…Como exdirector de Operaciones (J3) por el Estado Mayor Conjunto, gané la experiencia y los conocimientos para dirigir las operaciones de un comando combatiente, así como una clara comprensión de los desafíos de la asignación y gestión de la fuerza conjunta”.

Subrayó luego la importancia de su actividad más reciente en una esfera de carácter bien diferente: “Mi tarea actual como Asistente al Presidente del Estado Mayor Conjunto me ha dado experiencia estratégica para entender las complejidades y las interdependencias de las condiciones de seguridad global. También he ganado un profundo aprecio por la importancia de cooperar con los países socios y el establecimiento de alianzas internacionales.”

“En este papel sirvo como enlace directo del Presidente del Estado Mayor con el Secretario del Estado, y trabajo para mejorar el apoyo militar a los objetivos de política exterior”. En otras palabras, el marino está en la tierra firme, asesorando planes en la parte militar de sus planes de gestión imperial del mundo.

“En los últimos dos años he viajado mucho. He construido relaciones con los diplomáticos de alto nivel y los Jefes de Misión, y he observado la ejecución efectiva del brazo diplomático de la política de seguridad nacional. Estas experiencias colectivas me han preparado para aprovechar las oportunidades y para enfrentar los desafíos del Comandante del Comando Sur de Estados Unidos”.

ASESOR MILITAR DEL SECRETARIO DE ESTADO

Entre 2004-2005 Kurt Tidd encabezó la presencia de la flota estadounidense en el Estrecho de Ormuz, punto muy “sensible” de la región donde circula 35% del petróleo comercializado del planeta. Una misión que muchos ven de pura provocación.

El estrecho de Ormuz, ubicado en la costa sureña de Irán, conecta el Golfo Pérsico al Golfo de Omán y constituye por cierto la zona estratégica más importante de la región donde patrullan activamente las fuerzas iraníes y donde la presencia de la US Navy tiene especialmente sabor a imperio.

Más recientemente la presencia de Tidd en esta coyuntura hizo de él un asesor privilegiado del Gobierno estadounidense sobre el tema de la nación persa y luego le valió estar al lado del canciller Kerry, como adjunto a la Jefatura del Estado Mayor Conjunto, en las negociaciones del acuerdo nuclear entre el Grupo 5+1 y Teherán recientemente firmado.

Ahora sucede al general John Kelly que se dedicó desde meses a intervenir en el tema de Venezuela, con declaraciones que varias veces se parecieron a disparates. Ya Kelly se inscribió al Plan Piyama de la Navy y se limitará a observar el mar desde el paseo Ocean Drive en Miami Beach.

El “diplomático” Tidd adoptará un nuevo estilo, ¿una nueva forma? Condecorado –hace años– con la Légion d’honneur, la más alta distinción gala, por su conocimiento de la cultura francesa– ¿será más sutil frente a la hora de expresarse sobre la actualidad latinoamericana?

Por el momento, no se sabe. En sus respuestas al cuestionario del Senado estadounidense sobre sus conceptos frente a la nueva tarea que enfrenta, Tidd sigue la línea ya trazada. Acerca de los políticos de Venezuela, en particular, machuca la misma retórica difamatoria con la misma prepotencia.

Piensa mal y acertarás, aconseja el refrán. Considerando todas las advertencias del Gobierno de Caracas en cuanto al peligro de una intervención militar estadounidense en suelo bolivariano, no se puede descartar que la aparición como jefe del Southern Command de quien fue la sombra del canciller Kerry en situaciones de tan alta importancia NO es casual.

Kurt Tidd no es ningún marino de agua dulce. Es de alta mar y con turbulencia. Al servicio de un aparato de gran potencia que decenas de veces se manifestó en aguas y en muelles ajenos bien al sur de la Florida.

¡Más vale que el vigía se mantenga en alerta!