Además, todos estos beneficios se transfieren a otras áreas del conocimiento. En resumen, el ajedrez es una notable herramienta pedagógica que ayuda al desarrollo intelectual de los niños y los jóvenes, tanto es así que en 1995 la UNESCO recomendó oficialmente a todos sus países miembros el incorporar el ajedrez como materia educativa en la enseñanza primaria y en la enseñanza secundaria.
El ajedrez tiene una gran utilidad para potenciar la inteligencia emocional del niño y del adolescente. Este deporte fomenta los valores positivos, la sociabilidad, la resistencia a las frustraciones, el control de la impulsividad, el saber perder y aceptar los contratiempos, aprendiendo a superarlos.
Virtudes todas ellas que le ayudarán de adulto a tener una sana inteligencia emocional y a tener un mayor éxito en la vida, aumentando su creatividad, empatía y autoestima.