Por José Antonio Egido|¿Cómo es posible que todo un altísimo exjefe de la CIA llame a matar a rusos e iraníes? (Análisis Internacional)

Se acabó la época de gobiernos occidentales que mientras lanzaban guerras atroces sonreían a la opinión pública y hablaban de paz y respeto al derecho internacional. Estamos en una época cínica y brutal en que palabras brutales acompañan hechos más brutales y criminales aún. Es la época en que el Secretario de Estado norteamericano Baker amenazaba con enviar a la “edad de Piedra” a Irak, lo que efectivamente hacían oleadas de bombarderos y misiles crucero, en que la secretaria de Estado Albright decía que valía la pena que muriesen miles de niños iraquíes por el embargo para sacar del poder a un gobernante, en que la secretaria de Estado Hillary Clinton se reía a carcajadas por el vil asesinato de otro gobernante en Libia. Este exceso brutal es copiado por los aliados europeos de Washington y no se podrá olvidar el deseo del ministro de Exteriores francés Laurent Fabius, de que el presidente sirio Bashar al Assad no estuviese “en este muerto” y que los sanguinarios de Al Qaeda “sobre el terreno hacen un buen trabajo”.

Pero es sorprendente que uno de los más altos jefe de un servicio de inteligencia norteamericana, la CIA, el señor Michael Morrell, haya deseado el asesinato clandestino en Siria de rusos e iraníes para que “paguen un precio”. También ha propuesto en un programa televisivo de CBS que sea atacada de noche la oficina del Presidente sirio. En realidad la sorpresa es que antes mentían cuando lo hacían y ahora dicen lo que hacen, van a hacer o quieren hacer. Por ejemplo Kissinger negó haber intervenido en el golpe de Estado y asesinato del presidente Allende. Bush Jr. negó haber intervenido en el golpe contra Chávez en 2002.

Un antiguo analista de la CIA, Ray McGovern, ha pedido que no se tome en serio las declaraciones de Morell. Habría que considerarlo si no hubiese evidencias más que sobradas de la intervención de los servicios de inteligencia estadounidenses en la creación y entrenamiento de diversos grupos terroristas en varios países del Mundo como la “Mano Negra” en Guatemala, la “Contra” de Nicaragua, UNITA de Angola, RENAMO de Mozambique, los “dushmanes” de Afganistán (en lengua pashtu “dushmanes” eran los bandidos que atacaban a la República Democrática de Afganistán) y ahora los grupos terroristas que llevan desde 2011 luchando contra el pueblo y el Estado de Siria.

Pero ¿Por qué el señor Morell hace declaraciones tan escandalosas? Hay varias hipótesis explicativas. Una, la más burda, es que este superespía jubilado en noviembre de 2013 estaría buscando llamar la atención de su antigua superior, la señora Hillary Clinton, con la que colaboró en su época como secretaria de Estado, para que le nombre en algún cargo de su gobierno en el caso de ganar las elecciones presidenciales. Ya explicó el gran sociólogo Wright Mills en su libro La élite del poder que la casta dirigente estadounidense está formada por una serie de generales, espías, grandes financieros y millonarios que van alternándose sucesivamente en el poder. Una vez a uno de ellos, como, por ejemplo Powell, le toca dirigir una guerra para luego estar al frente del consejo de administración de una empresa importante y más tarde ser elegido representante legislativo. También un alto ejecutivo de una transnacional, como Cheney al frente de Halliburton, le toca ser miembro de gobierno y vestirse de jefe militar para después volver a su puesto de alto ejecutivo y riquísimo accionista y poder cobrar los dividendos obtenidos en las guerras que ha lanzado. ¿Será que Morell es un pobre diablo que quiere llamar la atención y permanecer en la “rueda del poder” de los EEUU? No parece que está en la indigencia porque ha sido contratado por la consultora Beacon Global Strategies y por la misma CBS como analista, suponemos que con altos emolumentos.

Otra hipótesis es que estamos ante una cierta decadencia de los usos y costumbres de la esfera dominante de los EEUU que no puede contener la lengua y expresar la frustración que le producen los éxitos repetidos de la Rusia que dirige Vladimir Putin, que está tratando de cambiar el mundo desordenado y brutal que ha dejado la hegemonía norteamericana desde 1991. La fuerza enérgica pero serena de Rusia en el conflicto de Siria es la verdadera posibilidad de poner fin a este conflicto terrible y de contener a un terrorismo que no solo desestabiliza esa región sino el Cáucaso, Asia, el Norte y Sudoeste de África y ensangrienta cada vez más las calles de París, Bruselas, Múnich, Niza y otras ciudades occidentales. Rusia ha neutralizado la consolidación de un régimen enloquecido en Ucrania que amenazaba con sembrar el terror en el Mar Negro y Este europeo. Rusia es la que ha hecho “pagar un precio” a quienes apoyaron el golpe de Estado que derribó el gobierno de Yanukovich. Rusia, aliada con China, es la verdadera alternativa mundial de poder que va a permitir una reorganización de la especie humana sobre parámetros más civilizados y pacíficos limitando por supuesto la razón del desorden, el caos, la inestabilidad, la miseria y la guerra que no es otra que la hegemonía de los EEUU y de sus aliados de la OTAN en el Mundo.

Estas realidades provocan algo más que nerviosismo a la clase dominante estadounidense acostumbrada a la impunidad y al hegemonismo más grosero. Rusia está construyendo polos alternativos de poder en Europa, mundo árabe, África, Asia y América Latina no de manera violenta y cínica como lo hacen los EEUU, sino de manera diplomática y serena procurando emplear la menor cantidad de fuerza posible. Pero como dice Maquiavelo en El Príncipe a veces hay que emplear en el momento oportuno la violencia para calmar las crisis y que a mediano plazo el balance de violencia empleada sea muy pequeño.

En todo caso el señor Morell ha puesto de manifiesto lo que todo el mundo sabía: que los grupos terroristas operantes en Siria no vienen de otro lugar que no sea la ayuda estratégica que han recibido de los servicios estadounidenses y de sus aliados para nacer y lanzar una de las guerras más crueles y espantosas de los últimos tiempos. No son “opositores” ni “rebeldes”, vocabulario ridículo empleado por la CBS, la CNN y otros órganos de propaganda belicista sino mercenarios al servicio de una estrategia de conquista, recolonización y dominio expresada de manera brutal por el espía Morell, pero que fue descrita académicamente por el ideólogo del partido demócrata cercano a los Clinton y a Obama llamado Zbigniew Brezinsky en su obra El gran tablero mundial. El Pentágono ha estado poniendo en Ucrania y Siria en marcha los planes de dominio de Euro-Asia planteados por Brezinsky. Hay que agradecerles por su sinceridad pero que tengan cuidado: ya veremos quián a la larga va a tener que pagar un precio por sus actos.

José Antonio Egido
jaegido@gmail.com
Caracas