Por Beatriz Aiffil|¿Conformes? (Opinión)

Otra vez te escribo, Comandante. Tú sabes que se va cumpliendo el sueño. Poco a poco pero ahí vamos. Llegamos al Panteón. Ahí ya estaba el zambo José Leonardo. Contigo llegó el indio Guaicaipuro. Ahora, con Nicolás, el Negro Primero. Los negros, los prietos, los tintos hemos llegado al Panteón Nacional. Me alegra que los intelectuales se lo hayan agarrado aun cuando antes no habían escrito ni dicho una palabra pero se me paran los pelos viéndolos repetir como loritos que si adiós porque estoy muerto -aun cuando queremos desinstalar eso como única anécdota-; que si era un iletrado pero tenía “inteligencia natural” –como si hubiese tenido la oportunidad de alfabetizarse–; que si le llamaban Negro Primero porque iba siempre en la primera fila –pero sin decir el porqué de esa ubicación–; que si era chistoso –como si eso fuera su característica esencial–; que si le pertenecía al señor Alonzo –dándole créditos a un desgraciado cuya notoriedad se la gana por haber pagado unas pesetas por el esclavo–; que si se alistó con los realistas –en vez de aclarar que peleó contra los patriotas porque representaban la mano con el látigo para los esclavos y cimarrones de esa época–; que si le dijo a Páez que se fue con los realistas por codicia –aventurándose algunos a usar al menos los sinónimos de ambición– pero nunca, nunca, nunca, refiriendo que mi negro dice que aprendió del Taita Páez que la patria es más que unos trapos y dinero.

Claro que era valiente, chistoso y el primero, por carne de cañón y por bravío. Y quizás tal vez a lo mejor fue a despedirse del Taita. Si no, no hubiesen escrito ni una pinche línea sobre él y hubiera quedado absolutamente invisibilizado como absolutamente invisibilizados quedaron los demás negros y negras que destacaron sobreponiéndose a las más humillantes y mortíferas circunstancias de la esclavitud.

¿Cuántos pobres hay en el Panteón aparte de Bolívar que murió pobre? ¿Cuántas mujeres? ¿Cuántos indios? ¿Cuántos negros? Sé que tú te hacías esas preguntas, Comandante. Sabías que debías quitarle la careta a una Venezuela clasista, sexista y racista.

La lucha continúa. Fíjate: El pueblo sudoroso, pringoso, sencillo, humilde, acompaña a su Negro Primero todo el trayecto con póngase para allá, no pueden pasar por aquí, por donde indica la cinta, estos lugares están reservados. Desde los confines de Apure hasta el bulevar Panteón. Hasta allí.

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