Por Luis Pino Araque|¿Invadirá Obama antes de que repunte el petróleo? (Opinión)

Nada indica que el presidente Barack Hussein Obama derogue el arrogante decreto imperial que firmó contra la República Bolivariana de Venezuela, a pesar de que tuvo que recoger palabras para morigerar la antipatía creciente del resto países participantes en la VII Cumbre de las Américas. Su objetivo es derrocar al presidente Nicolás Maduro y restaurar sus dominios perdidos. La presencia de Thomas Shannon en Venezuela solo fue un distractor para ganar tiempo, como acostumbra hacer este curtido encantador de serpiente.

Por lo tanto, sigue la conspiración internacional, dirigiendo y coordinando a pasos agigantados, a todos los oposicionismos golpistas, sobre todo a la cúpula de Fedecámaras-Venamcham y a las universidades que son controladas directamente desde la U.S. Embassy en Venezuela, más la preparación que desde países vecinos vienen adelantando para atacar con paramilitares y personal castrense encubierto toda vez que Obama ejecute la orden de incursión armada contra Venezuela.

No en vano el ungido imperial destinado a ser coronado virrey en Venezuela lanzó una carta pública, malandra y redentora, como es su estilo, en la que ofrece acabar con lo que ellos crearon: el boicot económico contra la familia venezolana y los trabajadores, además de sus aberraciones especulativas e inflacionarias, como el Dólar Today, contrabando de extracción y bachaqueo, de las que ellos son los grandes beneficiarios.

En este sentido Fedecámaras-Venamcham han previsto que el “desabastecimiento programado” pase a otra etapa aguda de escasez y no producción, con la ayuda de caballos de Troya que buscan cotizar las empresas, comercios y servicios del Estado.

En cuanto a las universidades secuestradas por la derecha golpista, en éstas están apurando el paso para sacar a la calle a los guarimberos, con burdas excusas salariales, a pesar de que las organizaciones legales y legítimas se aprestan a firmar el II Contrato Colectivo Único Universitario, con beneficios, no solo económicos, sino sociales y laborales, entre otros.

En cuanto a la incursión desde países vecinos, éstos se prestan a derramar la sangre de Abel. La traición contra el presidente Nicolás Maduro, contra la memoria del comandante Hugo Chávez (el gran integrador de nuestros pueblos) y contra este pueblo venezolano, solo espera por la orden del Gobierno de EEUU, el que jamás ha declinado invadir a ningún país a los que les han antecedido sus decretos de “amenaza inusual”.

Venezuela no es la excepción. Solo falta saber de Barack Hussein Obama, cuándo invadirá, ¿antes de que los precios del petróleo retornen a su estabilización?, tal y como está sucediendo.

@l2pino2