Por Fernando Buen Abad|¿Mal Cálculo? (Opinión)

Habrá creído Barack Obama que una sanción a Venezuela produciría miedo, arrepentimiento o sumisión. Habrá pensado, acaso, que todos estarían temblando ante la “autoridad” de todos sus blasones imperiales. Habrá especulado con la ilusión de que, sancionando “al Bravo Pueblo” vendrían a ofrendarle todo el petróleo, todo el oro y toda riqueza incluida la mano de obra regalada para que él y sus secuaces la gozaran de por vida. Habrá soñado.

Pero la vida lo despertó, y esto es seguro, con un bofetada de realidad socialista. En lugar de sometimiento, miedo y entreguismo se encontró con razonamientos claros, dignidad y valentía.

Se encontró Obama y todos sus secuaces, con un huracán de solidaridad mundial que no solo ha profundizado nuestra claridad sobre la avaricia imperial sin sobre lo miserable del Premio Nobel de la Paz yanqui sirviente de los peores intereses contar la humanidad y contra Venezuela.

La comunicación de la unidad de nuestros pueblos está llegando potente y nítida a la Casa Banca. Se equivocaron de nuevo con Venezuela y se les vino al piso la agenda Miami.

Ahora hay que profundizar las acciones solidarias y ensanchar las fuerzas revolucionarias. Hay que llevar la denuncia mundial de Venezuela contra las injerencias imperiales a todos los rincones del orbe, a cada foro, a cada organización social y convertirlo en emblema para todos y para siempre.

Convertir este huracán de solidaridad en símbolo del cambio de época. Hacer estandartes, hacer canciones, hacer comunicación y hacer más fuerza socialista. Invencible, irrefrenable.

Habrá creído Obama que sería fácil imponer en Venezuela sus planes macabros pero lo que debe estar pensando es cómo atiende el reclamo de Evo Morales y se dispone a pedir perdón a Venezuela.

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