A desalambrar: Por Ana Cristina Bracho|¿Para qué sirve el Estado? (Opinión)

Desde que la humanidad existe, al menos así lo imaginamos, ha tenido algún grado de organización. Una regla mediante la cual distribuye los bienes, otra, mediante la cual determina las conductas obligatorias y resuelve los conflictos. Sin embargo, esta no ha sido nunca exactamente un Estado. De manera sencilla, el Estado es una forma moderna de organizarse, una, donde autoridad y derecho están bajo el monopolio de una persona pública, sin existencia física, dueña de una potencia a la cual los humanos no pueden resistirse. El Estado obtiene toda esta supremacía sobre el acuerdo, a modo de contrato, de quienes lo integran de vivir en esa comunidad. Estas nociones tan clásicas como unánimemente aceptadas se encuentran cada día frente a nuevos retos: a los pueblos no les basta con tener normas y que alguien asegure su respeto sino que exigen que una justa distribución, quieren justicia, aspiran democracia. Con todo esto, el Estado deja de ser sólo fuerza y pasa a ser garantía. Así, por ejemplo, lo ordenamos los venezolanos y las venezolanas cuando creamos una nueva Constitución.

Siendo esto así, las personas cuando actúan directamente, o, mediante formas jurídicas, responden por sus actos ante este garante del bien común; también han de hacerlo tanto si accionan directamente, digamos, en persona, de viva voz o mediante un documento firmado de puño y letra; como cuando lo hacen por medios que les permiten ir más lejos e incluso no mostrarse, como sería la radio o la televisión; y. también cuando actúan en todo este esquema de nuevas realidades, al abrigo de una dirección IP, o de un alias o usuario.

Este asunto, el de la responsabilidad del Estado por sus actos y por los de aquellos que dependen de él, es un asunto claro. Es una premisa fundamental del campo de las obligaciones de los Derechos Humanos, tanto como que cada quien ha de responder de los daños que causa y generan sus acciones, independientemente, del medio mediante el cual se hayan cometido. Así, lo determinó, por ejemplo, el Tribunal Penal Internacional para Ruanda cuando determinó responsabilidades internacionales de la Radio de las Mil Colinas por la apología a la violencia que había realizado antes de la gran masacre. De igual modo, así lo asientan las prácticas europeas en las Cortes de Derechos Humanos.

Si todo esto es entonces, un punto incontrovertido, ¿cuál es el deber del Estado en la defensa de los derechos de todos quienes en este momento vemos destruirse el producto del esfuerzo anual con esta manía de la devaluación virtual y no oficial de nuestra moneda? Con la polémica sobre la mesa vale la pena recomendar la lectura de las previsiones centenarias del Código Penal sobre traición a la patria y delitos contra la cosa pública; tanto como la previsión constitucional de la responsabilidad de la sociedad entera para con el desarrollo y la información.

Es entonces fundamental, levantar el “velo virtual”, en sus posibles mutaciones y con todos los cómplices necesarios para que esto suceda. Y en la búsqueda por levantar el “velo virtual” se encuentran hoy en día los más disimiles de los países: desde Alemania, donde la promesa de la posguerra prohíbe cuestionar las premisas erigidas en verdades absolutas, como la existencia del holocausto y sus dimensiones, así como un cada vez mayor cuidado en relación a no permitir la incitación al odio en la realidad virtual. Lo que los ha llevado incluso a determinar responsabilidades no de los usuarios sino de los administradores de los portales de internet.

En tal sentido, Venezuela tiene acciones imperiosas. Pensar quizás, en la conformación de una estructura de usuarios y usuarias de internet que defienden su moneda; de ciudadanos y ciudadanas que se niegan a entrar en un ciclo de un “todos contra todos” porque alguien hizo clic; y de un Estado que responda a la premisa constitucional que determina que la economía es también una materia de seguridad de Estado, valiéndose de ello, no tan sólo de la norma sino del deber que tiene de defender la esperanza que se agrieta en la parada de bus, en la escalera del metro, donde todos nosotros nos encontramos en la única realidad que importa, la humana.

@anicrisbracho

Me parecio excelente y muy reflexivo su articulo…nuestra realidad, una crisis con connotación ampliamente cultural más que política y economica inclusive, feliz año y exitos!!!

  • EN RELACION CON EL ARTICULO, QUE CREO IMPORTANTE POR EL CONTENIDO Y LA ACTUALIDAD DE SU CONOCIMIENTO, Y NO POR POCAS PERSONAS, SINO POR TODOS LOS QUE SON OBJETO DEL TRABAJO DEL ESTADO, QUE NO SON MAS QUE LOS POBLADORES DE LA NACION, SE HACE MAS QUE NECESARIO, PROFUNDIZAR EN ELLO.
    REGLA, AUTORIDAD Y DERECHO; A LOS PUEBLOS NO LES BASTA CON TENER NORMAS Y QUE ALGUIEN ASEGURE SU RESPETO SINO QUE EXIGEN QUE UNA JUSTA DISTRIBUCIÓN, QUIEREN JUSTICIA, ASPIRAN DEMOCRACIA. LAS OBLIGACIONES DE LOS DERECHOS HUMANOS, LA APOLOGÍA A LA VIOLENCIA DEVALUACIÓN VIRTUAL Y NO OFICIAL DE NUESTRA MONEDA? LA ECONOMÍA ES TAMBIÉN UNA MATERIA DE SEGURIDAD DE ESTADO, DEL DEBER QUE TIENE DE DEFENDER LA ESPERANZA.
    SON MUCHOS LOS RETOS QUE EL AUTOR DEL articulo SEÑALA. EL ESTADO VENEZOLANO YA NO ES NI SIQUIERA PARECIDO AL ENCONTRADO POR EL MOVIMIENTO DE LA REVOLUCION BOLIVARIANA DIRIGIDO POR CHAVEZ.
    LA ESENCIA DE LA REVOLUCION BOLIVARIANA ESTA EN EL PENSAMIENTO DE SIMON BOLIVAR QUE CONSIDERABA LAS REGLAS, LA AUTORIDAD Y EL DERECHO, ESENCIALES PARA ORGANIZAR Y DESARROLLAR LA GUERRA ANTICOLONIALISTA CONTRA EL IMPERIO ESPAÑOL. SABÍA Y ESTABA CONVENCIDO DE QUE SIN ESAS HERRAMIENTAS, SERIAN DEBILES, Y LAS EXIGIA POR ENCIMA DE CUALQUIER CONDICION.
    EL PUEBLO BOLIVARIANO EXIGE JUSTA DISTRIBUCION, JUSTICIA Y PERFECCIONAR SU DEMOCRACIA; MUY A PESAR DE LA GUERRA ECONOMICA DESATADA POR LOS ESTADOS UN IDOS, AYUDADOS POR LOS GRANDES INTERESES CREADOS EN VENEZUELA CON LAS BURGUESIA APATRIDA, HAN LOGRADO DIFUNDIR POR EL MUNDO UNA SITUACIÓN DE MISERIA Y POBREZA, SOLO PARA DESACREDITAR LA REVOLUCIÓN QUE EL PUEBLO BOLIVARIANO ASUMIÓ.
    ¡¿QUÉ ESTADO ES NECESARIO, ENTONCES?¡
    ¡EL ESTADO DE LOS HUMILDES, POR LOS HUMILDES, PARA LOS HUMILDES¡
    ESE ESTADO, ESTARA SIEMPRE, DISPUESTO A DEFENDER LAS ESPERANZAS DEL PUEBLO VENEZOLANO.