Hay hombres que viven contentos aunque vivan sin decoro. Hay otros que padecen como en agonía cuando ven que los hombres viven sin decoro a su alrededor. En el mundo ha de haber cierta cantidad de decoro, como ha de haber cierta cantidad de luz. Cuando hay muchos hombres sin decoro, hay siempre otros que tienen en sí el decoro de muchos hombres. Esos son los que se rebelan con fuerza terrible contra los que les roban a los pueblos su libertad, que es robarles a los hombres su decoro. En esos hombres van miles de hombres, va un pueblo entero, va la dignidad humana. Esos hombres son sagrados.
Me encantaría presumir de haber escrito las líneas anteriores. Pero no es cierto. Son, como lo saben ustedes, de José Martí. Se refería en este caso a Bolívar, San Martín e Hidalgo. Hablaba de grandes jefes. Pero se hubiera podido referir a cualquier revolucionario anónimo, o de a pie, por así decirlo.
Esa imagen de Martí es tan certera que podría tomarse como una buena manera para definir a cualquier militante de la revolución, es decir, de la causa humana.
Según eso un revolucionario sería aquella mujer, aquel hombre, que cargase en sí, sobre su alma, sobre sus espaldas, el decoro, la dignidad, la integridad, de miles de hombres. Y que aunque fuese el último de su estirpe sobre la Tierra, lo seguiría haciendo, luchando sin cesar ni un instante por los pobres de la Tierra, por la gran humanidad.
Recuerdo también un poema de Bertolt Brecht que me gusta mucho: Elogio del revolucionario. Es otra buena referencia:
Cuando la represión aumenta / muchos se desmoralizan. / Pero el coraje del revolucionario se hace mayor. / Él organiza la lucha por el salario, por el pan / y por la conquista del poder. / Le pregunta a la propiedad: / ¿De dónde procedes? / Pregunta a cada idea: / ¿A quién sirves?/
Allí donde todos callan, / él habla / y donde reina la opresión y se culpa al destino, / él dice los nombres….
Pienso en esto ahora que el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) va a tener el Primer Taller para el Diseño del Sistema de Formación Socialista. Comienza hoy y se extenderá hasta el domingo. Serán cuatro días de trabajo con asistencia de los delegados electos para el III Congreso.
Una buena manera de comenzar la jornada sería la de intentar dar respuesta a la pregunta: ¿Qué debe ser un cuadro del PSUV?
Tanto el Apóstol Martí como Bertolt Brecht nos ponen a pensar sobre lo esencial.