Columna desde el resuello Esnú|¿Quién nos robó la poesía? (Opinión)

La manera cómo nos comportamos en la actual coyuntura económica evidencia una vez más que en lo cultural el capitalismo sigue siendo la ideología dominante.

No hablaremos de las mafias que siguen carcomiendo al Estado y no dejaremos de reconocer una vez más los titánicos esfuerzos que hace el camarada Nicolás Maduro para paliar la situación. Las mafias al igual que el capitalismo son ambidiestras, se mueven muy bien con la derecha y con la izquierda.

Que el mercado capitalista esté signado por la ley de la oferta y la demanda y que propicie la inflación, quién lo niega, pero que el propio pueblo se maneje sobre la base de esos criterios y genere la inflación en contra de sí mismo, es lo insólito.

¿Qué hacemos para acabar con esto? ¿Tendremos que abarrotar el mercado para que la oferta supere a la demanda y así mediante una salida capitalista resolver el problema?

Les digo que causa tristeza, y no me estoy esgrimiendo como el “inmaculado de la patria”, no, también formo parte de este mundo y pateo su excremento cotidianamente, pero al más “pintao” se le revuelven las tripas al ver cómo se trafica sin el mínimo pudor con el hambre.

En las actuales circunstancias es reprochable andar haciendo trampas para comprar demás y revender, pero más lo es comprar un producto a 20 bolos y revenderlo en 150. Que al igual al comerciante usurero de la burguesía que tanto criticamos, obtener el 300 y 500 por ciento de ganancia de lo que se compró a buen precio.

Hasta en internet está tan chocante negocio. Que alguien mate un cochino y te venda el kilo incluyendo el cuero con unos 5 cm. de manteca de espesor al mismo precio, no deja de preocupar, sobre todo a los de mi generación quienes conocimos la ética de un pueblo que no se manejaba de esa manera tan depredadora de gente contra gente.

¿En qué momento la vida se convirtió en un vulgar negocio? ¿Quién nos robó la poesía?

¿Le vas echar la culpa al Gobierno de esa putrefacción? A la hediondez capitalista más de uno contribuye con su flatulencia y no necesariamente es un gran burgués.

¡Precisamos de un fuerte purgante cultural!

T/Gino González