Por Loel Henríquez|¿Todos quieren cambio en beneficio del pueblo? (Opinión)

Entre las opiniones de la oposición, del Gobierno y el descontento de la gente la más amenazada e ignorada de siempre, será la razón y la lógica. Ya que en esta disputa de poder e intereses se olvida a los que siguen en sus colas a la espera de la compra de comida a precio justo o a la espera de que de una vez por todas esta cola termine como se lo prometía la oposición a los que votaron engañados por el cambio que nunca llegó.

¿Qué es el cambio realmente? El cambio es pasar de varias décadas de hambre, miseria, pobreza, desempleo y violaciones a los derechos humanos como sucedía en los gobiernos adecos y copeyanos, a una Revolución que reivindicó los derechos del pueblo con la llegada del comandante Hugo Chávez.

Sin duda que la estrategia cautelosa del comandante Chávez, de enfrentar al imperio más poderoso del mundo sobre la línea del derecho internacional, logró gran admiración y respeto por otros países que permanecen alineados con Venezuela por saber reclamar respeto y justicia para una América que, unida, comenzó a ser amenaza para Estados Unidos, según su pírrico decreto.

El cambio somos los creyentes de la Revolución, los que creímos y trabajamos porque se acabara el analfabetismo, los que trabajamos por el beneficio colectivo de la población estudiantil y logramos la masificación de la educación escolar y universitaria.

El cambio somos los que no marchamos por imposición, sino queriendo. Por conciencia y sabiduría popular, convencidos de que solo movilizados estaremos dando muestras de respaldo a un proyecto de vida que desde afuera y desde adentro intentan aniquilar.

¿Qué no es el cambio? Podemos enumerar : la corrupción desenfrenada que ha repercutido en una sociedad descontrolada que ha cambiado los valores y principios humanos por negocio.

O tambień: la injusticia dentro de los programas de registro como los de la Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV) que ha violado los derechos y prioridades de los legalmente registrados en el programa y además comprometidos con el proyecto, por la priorización de amigas, amigos, compañeras y compañeros que desde el fascilismo dicen “Independencia y patria socialista” y deseo concedido.

Ese no es el cambio que nos acostumbramos a realizar hace unos años atrás.Las conductas ajenas al ser revolucionario se han apoderado de nuestros principios así como de nuestros espacios.

Funcionarios públicos preocupados por problemas domésticos o institucionales, cuando la problemática real es un todo y lleva por nombre “Patria” llegamos a un punto, en donde no se cree en las instituciones ni en la gente. Pero que si nos tocara elegir entre los dos para poder salvar la Revolución, sin duda alguna nos volveríamos a restear con el pueblo.

Tomando en cuenta que la formación debe volver, profundizar y germinar resultados reales, buscar la transformación no solo del hombre, sino del proyecto, del mensaje, de la forma y de la manera de hacer y decir.

El Poder Popular reclama atención, seriedad y estrategia para no fallar en el combate. Precisión y objetividad para poder entender que solo en colectivo, con la mano indispensable de todas y todos, podemos vencer.

Es hora de dejar de hacernos los sordos y ciegos. De dar oportunidades a otras ideas revolucionarias, de compartir el tablero de juego con otros combatientes que más renovados y conscientes de la situación en calle están listos para dar respuestas contundentes en apoyo a la Revolución.

Es fácil criticar al presidente Nicolás Maduro, señalarlo y culparlo de una crisis mundial económica que la oposición venezolana intenta convertir en política. Tonto sería el Gobierno si permite que esta crisis originada por el capitalismo se la achaquen a la Revolución Bolivariana.

El comandante Chávez gobernó con un barril de petróleo en ascenso desde los 40 hasta los 100 dólares y esto le permitió hacer todas las maniobras políticas, estratégicas, económicas y militares, para poder garantizar los beneficios sociales que, a pesar de la adversidad, todavía siguen siendo la bandera más digna de la Revolución.

Qué difícil ha sido gobernar con un barril de petróleo a 30 dólares y seguir garantizando los beneficios sociales al pueblo para que venga un grupo político asalariado de Estados Unidos y que se ha opuesto al verdadero cambio desde hace 17 años a decir que “Venezuela sigue sumergida en una crisis”.

Hagamos de la palabra una firma y de la Revolución un estandarte. La misión es rescatar la revolución de los valores y unidos seguir venciendo.

@encapuchao