Artículo de Jesús Bermúdez| “El chiripero” y la paz en Colombia (Opinión)

Es obvio que pretender hacer un análisis comparativo entre la experiencia política venezolana de los años 90 y la experiencia colombiana hoy, por decir lo menos, es un exabrupto.

Sin embargo, los venezolanos de ayer y hoy debemos reconocer la visión estratégica de los partidos de izquierda venezolanos, entre los que se encontraban el Movimiento al Socialismo (MAS), el Movimiento Electoral del Pueblo (MEP), el Partido Comunista de Venezuela (PCV), entre otras organizaciones y personalidades de la izquierda, denominadas coloquialmente como “El chiripero”, quienes tomaron la dificilísima decisión de apoyar a uno de los fundadores del Pacto de Fijo y padre del bipartidismo en Venezuela: Rafael Caldera, quien había desertado de sus filas por ambición de poder, y que sagazmente capitalizó la popularidad del pueblo por su intervención en el Congreso a raíz de la rebelión militar del 4 de febrero de 1992, encabezada por el comandante Hugo Chávez.

Algún día, más temprano que tarde, la historia reconocerá los aportes de aquella decisión política por parte de la izquierda venezolana y su costo político; decisión que sin duda alguna favoreció la ruptura temprana del bipartidismo en Venezuela y el desmoronamiento del Pacto de Punto Fijo, allanando el camino para los cambios que reclamaba el país y encauzarlo por otros senderos.

Fue el inicio de un largo desierto por recorrer;  las acciones del gobierno de Caldera II respondieron a los intereses de una clase política agónica; las élites mediáticas y económicas intentaban construir un nuevo piso político, las reformas políticas perdieron sentido, los banqueros hicieron de la suya y los partidos políticos se fueron al traste; en fin, el viejo sistema político se venía abajo, era la total des–gobernanza; mientras, la esperanza subyacía entre paredes y barrotes.

Sin embargo, hoy digo, valió la pena, la transición del viejo sistema político al que vivimos hoy en día, gracias a Dios, se realizó en relativa  paz.

La izquierda colombiana tendrá que tomar una decisión frente a las elecciones del próximo domingo, esta vez, la paz de la región depende en buena medida de la paz de Colombia.

Es el momento de perfilar un proyecto de izquierda alternativo frente al segmentado proyecto burgués colombiano carcomido por los embates de sus contradicciones de clase. No soy colombiano, pero como venezolano preocupado por la paz de mis hermanos, me tomo la libertad, de hacerles un llamado para que ejerzan el voto por la paz, sin complejos ni cálculos electorales.

jesusbermudezucv@gmail.com
Caracas