El entonces comandante de la Policía de Carabobo, Roberto Coutinho, declaró al Correo del Orinoco su versión de lo que ocurrió el 4 de febrero de 1992 en el módulo Canaima. Aseguró que esa madrugada dormía en la comandancia del cuerpo estadal.
A las 5:00 am lo llamaron para decirle que había unos militares alzados. Eso los agarró desprevenidos. “Como me percaté de que era una cuestión militar, no me preocupé cuando vimos unos tanques que estaban rodeando la comandancia”, destacó.
Observó en los blindados a unos soldados un poco nerviosos: “Inmediatamente se me acercó un oficial, no recuerdo si era teniente o capitán. Era un joven. Me saludó respetuosamente. Buenos días. Buenos días, ¿Cómo está? Bien. ¿Qué hacen por allí? Cumpliendo órdenes, me dijo”.
“Le pregunté si las ordenes venían del general. Me respondió que no estaban a la orden de ningún general. Me dijo que no saliera, que me quedara allí en la comandancia. Me quedé adentro. Pasaron las horas y luego me enteré de que era un golpe”, contó.
Coutinho procedió a llamar al secretario de Seguridad de la época, Humberto Seijas Pittaluga. “Le di el parte de lo que ocurría. Le dije lo de los oficiales y soldados (alzados) que estaban allí. Él me respondió que lo mismo ocurría en varios comandos, entre ellos el de la Guardia (CORE 2), a cargo de Pedro Romero Farías. Me recomendó que me quedara en la comandancia”.
El exresponsable de cuerpo policiaco aseguró que alrededor de las 10:00 am se comunicó con el comandante de la guarnición. “Yo no era muy afecto a él, no había empatía. Le dije: ‘mire, mi general, estoy en el comando’, y él me respondió que estaba en lo mismo. Le participé sobre eso a mi superior, el secretario de seguridad”.
Los policías que se encontraban afuera eran los de la guardia de la noche, de la vigilancia nocturna, apuntó el oficial. Se corrió “el run-run” de que había unos autobuses que habían salido de la Brigada Blindada, con unos camiones militares. “Pero yo no podía salir ni siquiera, porque estábamos rodeados”, comentó.
“SIN ACCIONAR”
-¿Usted no mantenía información con sus subalternos de lo que ocurría?
-Por radio fue que informaron que iban hacia ese sector (Canaima). En eso me notifican que hay un tiroteo. Existían informaciones de que habían saqueado una casa de deportes. Claro, ahí no tenían armamento de guerra. Adentro del comando vimos cuando Chávez se había rendido. Salimos a informarles a los muchachos que estaban en los tanques que se había abortado la vaina.
“Les dije: váyanse que se acabó la vaina, váyanse para sus casas, no se metan en peo. No se fueron porque no confiaban en lo que les dijimos. Ellos no tenían comunicaciones con sus jefes. O si las tenían nos les dijeron nada”, concluyó.
Al momento en que es notificada la balacera, Coutinho telefoneó otra vez al jefe de la guarnición: “Me dijo: ‘quédate quieto ahí y déjame eso a mí’. Me dijo que él estaba con la Disip. Entonces le di parte a Pittaluga sobre eso”.
-¿Usted no supo quién inició el tiroteo? ¿La policía tenía previsto atacar a la caravana?
-No, yo no sabía. Yo no podía hablar en ese momento, sino después de los hechos. Por la prensa, por las noticias nos enteramos de otras cosas. Había una confusión, una vaina. No sé. La información era de que allí en el módulo Canaima se presentaron la Disip y la guardia.
-¿No recibió notificación sobre unos civiles que habían sido asesinados luego de haberse entregado?
-Claro. Hubo unos policías muertos y unos civiles también. Porque luego trajeron a los detenidos al comando policial, estaban a la orden de la Disip. Ninguno de nosotros tuvimos la oportunidad de entrevistarlos, porque la Disp se ocupó de eso. Mira, y parece que hubo abuso en la vaina. Porque esos civiles, ¿qué armas podían tener? ¿De deportes?
-Entonces quién cree que es responsable de los asesinados cometidos en el módulo? ¿La Disip?
-Mira, yo no lo puedo confirmar (…) pero los que actuaron allá fueron ellos. ¿Si son uniformados y fueron a repeler cualquier situación allá, y hay muertos? ¿De quiénes son? Yo no estoy diciendo que fue la Guardia, pero el que dijo que estaba a cargo de eso fue el general Romero Farías. Y la Disip
-¿No recibió ninguna orden de Pittaluga o del gobernador Salas Römer para actuar en el módulo Canaima?
-En absoluto. De eso se encargó la guarnición.
-¿No supo si entre sus superiores y la guarnición hubo un plan acordado a seguir ese día contra la rebelión?
-Mira, yo solamente era el comandante de la policía. El contacto entre ellos a lo mejor lo hubo. Ellos se entienden. Yo fui un hombre que apartaron. De hecho, a los meses sentía que yo no era un hombre de confianza. No me invitaban para las reuniones. Un periodista, tiempo después, me aseveró que hicieron una reunión para destituirme. Bueno, yo me adelanté y llamé a mi general en Caracas y me dijo que me presentará allá y me ordenó que no le entregara a Pittaluga, porque fue desleal conmigo. Sabía que me venía algo y nunca me dijo. Entonces, no volví más.
-Varios estudiantes denunciaron presuntas torturas recibidas en la comandancia de policía. ¿Usted era consciente de esa situación?
-Yo sí vi algo luego por la prensa. Yo no supe nada de eso, porque estaban a la orden de esos cuerpos y la llamada justicia militar. Ellos eran los únicos que tenían contacto con los detenidos. Yo no vi torturas ni presencié nada de eso. La policía como tal no actuó sobre los detenidos. De hecho, los policías que se encontraban en Canaima no llegaron de repente, sino que eran los que estaban allí (de guardia). No partió ninguna comisión para allá. La prensa habló de responsables de la Disip. Si ellos fueron los que estaban en la calles, si ellos fueron los que recibieron la orden de la guarnición, ellos eran los que actuaban, no nosotros. Creo que hasta un helicóptero pasó por allí ese día.
*Al momento de hacer esta entrevista (hace más de un año y medio) Coutinho se desempeñaba como profesor de Defensa Integral en la Unefa de Zulia, estado donde residía.