Advirtió Jorge Alvarado embajador de Bolivia en Venezuela|“El Ejército boliviano retornó a su origen antiimperialista”

Los pueblos indígenas ahora tienen acceso a la carrera militar

El pasado 14 de noviembre, el general Antonio Cueto, comandante del Ejército de Bolivia, declaró que el carácter antiimperialista, anticapitalista, socialista y comunitario de este cuerpo. Con esta afirmación, el alto oficial manifestó que la institución a su mando es coherente con la Constitución Política del Estado, la cual establece que Bolivia es un Estado unitario, social de derecho, plurinacional, comunitario, libre, independiente soberano, democrático e intercultural.

“Por otro lado la Carta Magna también establece que Bolivia es un Estado pacifista que promueve la cultura y el derecho a la paz, así como la cooperación entre los pueblos de la región y del mundo es por eso que mantenemos relaciones con todos los ejércitos del mundo”, agregó el general.

Las palabras de Cueto, reseñadas por la Agencia Boliviana de Información, tuvieron como escenario la conmemoración de los 200 años de la creación del Ejército boliviano. En este mismo acto, celebrado en La Paz, el presidente Evo Morales destacó que las Fuerzas Armadas son respetadas y queridas cuando están al servicio del pueblo.

RETORNO AL ORIGEN

El embajador de Bolivia en Venezuela, Jorge Alvarado, asegura que el discurso del general Cueto dejó en claro que “el Ejército boliviano regresó al espíritu antiimperialista bajo el que fue creado”.

En entrevista concedida al Correo del Orinoco Alvarado recordó que la fuerza armada de su país fue creada “como resultado de la lucha contra el dominio del imperio español, y por eso es que su fundación se dio bajo el espíritu antiimperialista”, subrayó, y aclaró que si bien nació una vez que la república se liberó del yugo español, quienes lo formaron fueron los mismos hombres que habían luchado por la liberación de la región.

El embajador advirtió que, no obstante, a lo largo de la historia, el papel de la institución castrense fue variando, hasta convertirse en una fuerza “al servicio de las oligarquías y de los gobiernos de turno que respondían a sus intereses”. Pero ese cambio, comentó, no se restringió a su país, sino que “ocurrió en todos los países de América Latina”.

En el caso específico de Bolivia, acotó que “las Fuerzas Armadas se pusieron a la orden de la oligarquía minero feudal y pequeño burguesa, a la cual pertenecía sólo un 20 % de la población”. A consecuencia de esto, las grandes mayorías del país, que son los pueblos indígenas y campesinos, siempre han estado discriminados y excluidos de la participación en la vida política del país y, por ende, del Ejército.

“Más de 65% de la población era discriminada a la hora de ejercer sus derechos ciudadanos, como por ejemplo el tener cédula de identidad y participar en las elecciones, y por supuesto no podían participar en el Ejercito. Sólo con dar su apellido, si este era indígena, una persona estaba excluida de participar en él”, aseguró.

GOLPES MILITARES

El Ejército, como instrumento del sector oligárquico y burgués, ha sido el encargado, destaca Alvarado, de asegurarle el poder a esa porción de la sociedad. “En la historia de Bolivia, la gran mayoría de los gobierno fueron consecuencia de golpes militares. En 183 años de vida republicana nosotros hemos tenido 183 presidentes como consecuencia de los golpes militares productos justamente del hambre de poder y del servilismo de esas fuerzas a las oligarquías”, declaró.

Pero también, rememoró el diplomático, esa entidad castrense le debía obediencia a Estados Unidos: “Cuando el imperio quería cambiar gobiernos porque ya no le servían a sus intereses lo hacia mediante golpes de Estado. En casi todos los gobierno de facto estuvo la mano del imperio”.

A juicio de Alvarado, esa fue la historia negra de las Fuerzas Armadas del país andino, las cuales han sido por más de cien años “el verdugo de su propio pueblo”. Y para ilustrar su afirmación, cita la participación que tuvo esta fuerza en la ejecución del Operación Cóndor, que no duda en señalar como su máxima expresión de servilismo a Estados Unidos.

El tristemente célebre plan de coordinación entre las cúpulas militares de los gobiernos dictatoriales del Cono Sur y la Agencia Central de Inteligencia de estadounidense (CIA) se puso en práctica durante los años de las décadas de 1970 y 1980.

“Esos fueron los años más difíciles para nuestro pueblos que han sido masacrados por los Ejércitos de los diferentes países que actuaban de manera conjunta y eso ha sido la etapa más vergonzosa de nuestras Fuerzas Armadas”, reconoció el diplomático.

PROCESO DE INCLUSIÓN

El embajador tiene ahora razones para pensar que Bolivia está en camino de superar la nefasta tradición que marcó la actuación de su institución militar. El que hoy pueda declararse como antiimperialista, anticapitalista, socialista y comunitaria ha sido posible, asegura, gracias al proceso de apertura que vivió desde la llegada al poder del presidente Evo Morales en 2006.

“Hemos sido testigo en los últimos cuatro años de cambios gracias la apertura del Ejército que ahora es inclusivo, y hasta se ha conseguido la designación de determinados cupos fijos para los pueblos indígenas”, manifestó Alvarado.

Para el diplomático, se puede decir que las Fuerzas Armadas se democratizo y los bolivianos y bolivianas pueden orgullosos de él.

“Eso es del trabajo que ha venido haciendo el gobierno del presidente Evo Morales de crear una conciencia en el Ejercito desde su asunción cuando el mismo día en que asumió el poder, como Comandante en Jefe de las Fuerzas Armas prohibió que ese cuerpo dispare contra su pueblo”, declaró.

De esa manera, señaló Alvarado, “la entidad castrense fue desmontada como instrumento de represión de los gobiernos de turno para pasar a ser una herramienta a favor de la consolidación de la independencia y la soberanía boliviana”.

T/Yamila Blanco
F/Miguel Romero