El escritor argentino Gustavo Rojana advierte que no se deben confundir sionismo y judaísmo|“El muro representa la humillación que sufre a diario el pueblo palestino”

El muro hecho de cercas electrónicas y bloques de concreto que el estado de Israel construye desde 2002 para separar el territorio israelí del palestino representa la humillación que sufre a diario el pueblo que vive en la Franja de Gaza y en Cisjordania.

Así lo señaló en entrevista con el Correo del Orinoco el escritor argentino de origen palestino Gustavo Rojana, autor del libro El muro, obra cuya segunda edición fue presentada la semana pasada en Venezuela.

El muro representa la humillación porque no solamente marca el límite entre Israel y Palestina, sino que ingresa en territorio palestino hasta 20 km del límite en algunos lugares y separa a palestinos de palestinos”, resaltó.

El escritor aseveró que esa barrera, además de debilitar la economía de la nación árabe, impide que los habitantes de Gaza realicen actividades vinculadas con sus tradiciones.

“El agricultor que iba a su campo de cultivos para cosechar periódicamente sus olivos a sus campos, una tarea parte del folclor nacional palestino en la que participa toda la familia, con suerte lo puede hacer una vez al año y muchas veces las autoridades israelíes sólo le dan permiso a un integrante de la familia”, detalló.

Rojana indicó que eso sucede “en el mejor de los casos, porque la mayoría de las veces esos campos de olivos ya no existen, porque sobre se construyó un asentamiento israelí ilegal de colonos judíos o porque pasó por encima del terreno una autopista sólo para ser transitada por colonos israelíes”.

El escritor resaltó que para los palestinos el problema con los campos de olivo no es sólo “una cuestión de propiedad de tierras que eran de sus abuelos y que fueron heredadas de generación en generación, sino que es un problema de identidad. Es la tierra sobre la que mantienen sus tradiciones; es parte de su cultura”

Hecho para robar recursos

Para Rojana, el sentido de la construcción del muro es “tomar tierras fértiles, recursos naturales, acuíferos”.

“El muro se levanta en un punto determinado y a partir de ahí empieza la construcción de asentamientos ilegales. Y no estamos hablando de construcciones precarias sino de edificios de primera generación y casas de hormigón con todas las comodidades, lo que da cuenta de que no responde a una necesidad habitacional de la población, sino a una voluntad política”, denunció.

Otro ejemplo de que la construcción de asentamientos ilegales no responde a ninguna necesidad real es que en algunas zonas, como en la ciudad de Belén, “se construyen primero los asentamientos y se los mantiene vigilados y con las luces encendidas de noche para dar la impresión de que están habitados, pero durante muchos meses permanecen, vacíos a la espera de los nuevos colonos”, aseveró Rojana.

El escritor explicó que los asentamientos ilegales no se realizan sólo dentro del territorio palestino de la Franja de Gaza, sino dentro de Cisjordania.

En este momento hay cerca de 500 mil colonos ilegales viviendo en Cisjordania y no están asentados sólo cerca de la frontera con Israel, sino en lugares como Jericó, centro geográfico del territorio cisjordano, y se están expandiendo cada vez más hacia zonas ricas en recursos y en tierras fértiles”, declaró.

RESISTENCIA EN PIE

A juicio del autor de El muro, pese a la situación que actualmente padecen los palestinos en Gaza, las políticas del Estado de Israel no lograrán quebrar su voluntad de resistencia.

Gaza está totalmente rodeada por el muro al norte, al este, al sur. Incluso la frontera de la Franja con Egipto está amurallada, mientras que al oeste tiene el Mar Mediterráneo, al que Israel les impide el acceso. Es imposible entrar o salir si no es con permiso del Estado de Israel que decide cuándo entran y salen no sólo personas sino bienes de primera necesidad”, apuntó.

Recordó que Gaza es la zona más densamente poblada del mundo, con un millón y medio de habitantes completamente aislados en 364 km2.

“El pueblo palestino viene sufriendo esto desde hace 62 años, pero aún no han lograron quebrar su voluntad de resistencia y no lo van a lograr mientras exista un palestino dentro o fuera de Palestina”, enfatizó.

IDEOLOGÍA, NO RELIGIÓN

Gustavo Rojana recordó que hay que diferenciar la religión de la nacionalidad y la nacionalidad de la ideología. “El judaísmo es una religión, y hay muchos judíos nacidos en diferentes partes del mundo. Pero el sionismo es una ideología, una corriente política que se aprovechó de muchos judíos de muchas nacionalidades para poder llevar a cabo su objetivo colonizador. El Estado de Israel es sionista porque es colonizador”, explicó.

Pero, a su juicio, la estrategia del sionismo es intentar confundir la ideología con la religión: “Tratan de hacer que la gente se confunda y crea que se está atacando a una religión cuando se está atacando a un pensamiento político que fue el que primó para llevar adelante la usurpación de tierras palestinas”.

EL MURO

El conflicto palestino-israelí es una de las tantas deudas pendientes que tiene la comunidad internacional para consigo misma.

La compleja trama geopolítica, histórica y religiosa no puede ni debe ser una obstrucción frente a la importancia de la condición humana de ambos pueblos, porque quedaría demostrado el fin de la razón y consiguientemente la potencializacion del conflicto y sus consecuencias mundiales impredecibles.

En este marco subyace un factor determinante para encontrar una salida pacífica y equitativa al conflicto: las personas. Y es desde este punto de vista que el autor de El muro aborda esta problemática a partir de la sólida y entrañable amistad entre dos médicos israelíes, uno de origen judío y el otro, palestino, que comparten en Jerusalén sus vidas y sus carreras profesionales por encima del conflicto que los circunda, hasta que las autoridades israelíes deciden levantar el imperturbable muro que dividirá barrios y corazones.

Gustavo Rojana, narra con precisión y sin rencores ni parcialidades un episodio puntual, seguramente común a muchas existencias en esa tierra estratégica, para las cuales los odios y temores de los más exacerbados, ponen en riesgos sus libertades y sinceros y legítimos deseos de convivencia.

Texto extraído de www.elmurorojana.com

T/Yamila Blanco
F/Oscar Arria