El 6 de febrero de 2014, la ultraderecha venezolana dio inicio a la operación fascista denominada “La Salida”, con el fin de derrocar por vía de la violencia al gobierno legítimo y democrático del presidente Nicolás Maduro. El saldo de esta estrategia golpista fue de 43 muertos y más de 800 heridos en Venezuela.
En ese momento, comenzaron las “guarimbas”, acciones programadas para “calentar la calle” con hechos vandálicos ejecutados por pequeños grupos en Táchira, Mérida y Lara. En la capital tachirense, con apoyo paramilitar, jóvenes vinculados a la oposición realizaron un asedio a la casa de la gobernación amenazando a trabajadores y niños que recibían atención social en sus instalaciones.
La detención de algunos de los autores materiales de estos ataques, fue la excusa de la oposición para convocar una marcha en Caracas a fin de exigir libertad de los delincuentes.
El 12 de febrero de 2014, Día de la Juventud, la contrarrevolución realizó una caminata encabezada por María Corina Machado, Gabriela Arellano y Antonio Ledezma, hasta el edificio del Ministerio Público en Parque Carabobo. Una vez se retiraron los voceros y voceras de la Mesa Unidad Democrática (MUD), grupos encapuchados atacaron la sede de la Fiscalía General de la República ocasionando dos muertes producidas por un tiroteo.
A raíz de esta situación, comenzó una escalada de actos violentos y terroristas protagonizados por militantes de la ultraderecha que se identificaban especialmente como “estudiantes”. Muchas de esas acciones vandálicas y terroristas, tuvieron como escenario algunas casas de estudio superior en todo el país, que fueron parcialmente destruidas y tomadas como “trincheras” para repeler la actuación de agentes de seguridad del Estado, escudándose en la supuesta autonomía universitaria.
Las“guarimbas” implicaron el cierre arbitrario de calles, quema de basura, atentados contra edificios públicos, agresiones a ciudadanos con objetos contundentes y ataques con armas de fuego.
A dos años de estos sucesos, la oposición pretende volver a acciones de terrorismo urbano con fines desestabilizadores, tal y como lo demuestra la invitación a “retomar las calles” realizada por grupos neofascistas en redes sociales para iniciar este 12 de febrero de 2016 una nueva etapa de guarimbas. La mayoría de la población rechaza estos métodos de violencia política de la ultraderecha.
INJERENCIA
En aquel momento, el entonces ministro para las relaciones interiores, justicia y paz , Miguel Rodríguez Torres, presentó pruebas que demostraron la existencia de una conspiración orquestada por la ultraderecha con el apoyo financiero y la asesoría del Gobierno de Estados Unidos (EE.UU.)
La activista de ultraderecha María Corina Machado, acusada de recibir financiamiento de Estados Unidos para su organización Súmate, y Leopoldo López, exalcalde del municipio Chacao fueron directamente los responsables de convocar a las protestas con fines violentos y golpistas.
En un trabajo especial sobre «La Salida» realizado por la Agencia Venezolana de Noticias, se advierte que este plan fue presentado “en Estados Unidos por Leopoldo López y representantes de la organización golpista Fundación Venezolanos Perseguidos Políticos en el Exilio (Veppex) en octubre de 2013; sin embargo, el plan fue puesto en marcha en enero siguiente, tras la derrota a la oposición en las elecciones municipales del 8 de diciembre de 2013, en las que el chavismo ganó más del 70 por ciento de las alcaldías”.