María Eugenia Quero fue vocera principal del refugio donde vivió casi cuatro años|“Sé que gracias a Chávez y ahora al presidente Maduro es que tengo mi casa”

María Eugenia Quero cuenta que permaneció en un refugio ubicado “en una de las Torres del Complejo Urbanístico Parque Central” durante tres meses y ocho meses. Dice que cuando “las ganas de salir corriendo parecían más fuertes que el sueño de tener una vivienda” lo que la mantenía con fuerza eran sus hijos “y el presidente Hugo Chávez”.

Quero relata que durante uno de los momento de mayor desesperación, de los muchos que le sobrevinieron el tiempo que estuvo en el albergue, se enteró que el presidente Chávez visitaría un terreno en el sector La Yaguara. Hasta allá se dirigió para internar hablar con el comandante. “Estaba desesperada, necesitaba que alguien me ayudara a salir de donde estaba. Fue difícil acercarme pero llegué hasta él, le estiré la mano y me la tomó y le dije: Presidente necesito hablar con usted, necesito una vivienda, y el me respondió con una sonrisa: Está bien. Y luego se dirigió al Canciller y le dijo: Nicolás, encargate”.

TODO COMENZÓ EN FEDERICO QUIROZ

Hasta el año 2010, Quero vivió en una casa en el barrio Federico Quiroz, sector Gramoven, calle Miramar, casa 452, detrás del Núcleo de Desarrollo Endógeno Fabricio Ojeda. Cuenta que toda su vida habitó en esta construcción de bloques, de dos plantas, “cuatro habitaciones módicas, una cocina mediana, un lavandero, una sala pequeña, un comedor y un baño”. Un sueño que “empezó como un ranchito y que poco a poco se fue levantando”. Habitaba la vivienda en compañía de su esposo, José Cabrera, y cuatro de sus hijos, Welkins actualmente de 18 años de edad, Michell (18), Brian (18) e Ibrahím (9).

La convivencia era “relativamente cómoda”. “No hay que olvidar que era un cerro”, apunta. “Penurias, claro que pasamos penurias, y una de ellas era la del agua. En ocasiones pasábamos hasta dos meses sin recibir una gota. Por lo menos cada 15 días teníamos que cargar agua desde el sector 24 de Julio, más o menos a 100 metros. Constantemente teníamos que tener tobos llenos para poder abastecernos”.

Además del agua, agrega, a esta problemática se le sumaban las de la inseguridad, la inconsistencia en el servicio de energía eléctrica y la falta de líneas telefónicas. Afirma que también tenían contratiempos con el transporte. “El servicio era lento” y las colas en horas picos, “interminables”.

Precisa que durante mucho tiempo trabajó como manicurista informal en la plaza de Petare. Durante seis años, de lunes a sábado, se levantó a las 4:30 am y bajó y subió 200 escaleras para tomar un yip que la trasladaría hasta la estación del Metro Plaza Sucre. “Nos iba bien. Sí se ganaba”, asegura.

LA SALIDA

“Salimos de la casa en el 2010. En el año 2011 el barrio Federico Quiroz fue decretado como zona de alto riesgo. A partir de ese momento se instalaron mesas técnicas con el alcalde Freddy Bernal y con el para aquel entonces canciller de la República, Nicolás Maduro”, comento Quero, quien añadió que entre las funciones de esta instancia comunitaria estaba el censar a las personas que deseaban ser reubicadas, establecerlas en refugios y coordinar la demolición de las casas desalojadas.

El barrio Federico Quiroz, estaba ubicado en la parroquia Sucre de Caracas. El 14 de febrero de 2011, según el decreto presidencial 8.042, publicado en la Gaceta Oficial 39.615, fue declarado como Zona Inhabitable, lo que implicó su desalojo inmediato y la prohibición de edificar viviendas. De acuerdo con Quero, los antecedentes de esta problemática se pierden en el tiempo, no obstante, recuerda como hitos los deslizamientos ocurridos en los años 1999, 2003 y 2006.

“No teníamos las condiciones económicas para adquirir otra vivienda”, sentencia. Asegura que en varias oportunidades intentó gestionar un crédito para la compra de una casa en mejores condiciones pero «los requisitos exigidos eran tan inalcanzables como el dinero” que tenía a solicitar.

La noche del 10 de junio de 2010, Quero apagó la luz de su casa, y se fue a la cama. Afuera, dice, quedó un barrio “totalmente en calma”. Cuenta que ya era la madrugada del día 11 cuando despierta sobresaltada por lo gritos provenientes de la calle cercana. Recuerda que salió de la vivienda para de inmediato percatarse como las calles eran atravesadas por grandes y profundas cicatrices de más de 20 centímetros de ancho.

“Las grietas eran de más de una cuarta y las casas estaban inclinadas. Las lluvias influyeron para que el terreno se ablandara. A pesar de que las calles ya estaba bastante dañado, lo que pasó esa noche fue la tragedia definitiva. La gente estaba alarmada. A partir de ese momento, a medida que el terreno iba cediendo, las casas se iban hundiendo cada vez más o se abrían por la mitad. Te acostabas y sentías que la cama estaba inclinada. Sí me daba miedo, pero como hacía si todavía no nos había llegado la solución. Durante la Cuarta República los gobiernos no nos ayudaron a conseguir una vivienda digna. Teníamos que esperar. Todo fue un proceso. Mientras tanto, nos quedamos en el barrio. A todo riesgo”.

“NOS TENEMOS QUE IR”

“Nos tenemos que ir”, pero, ¿para dónde? Era la incógnita que se planteaban todo los habitantes de Federico Quiroz. Quero explica que dada la emergencia se activaron con más fuerza los consejos comunales y la sala situacional, y que a los pocos días el Gobierno del Distrito Capital, (GDC) a cargo de Jacqueline Faria, puso a disposición de las 63 familias afectadas un espacio “en una de las torres de Parque Central”.

“El espacio no estaba feo, pero había que ponerle un poco más de cariño”, señala. Durante días representantes de las familias participaron en las brigadas que se encargaron de acondicionar lo que sería el albergue de 694 personas, instalaron paneles de dry wall, construyeron los cubículos, participaron en las jornadas de limpieza y pintura, cargaron los colchones, las literas y la lencería. Había cuatro a alas de 15 cuartos cada una y un baño mixto con cuatro pocetas y seis duchas por área.

El cubículo asignado a Quero y a su familia no era de más de ocho metros cuadrados. Sin embargo, se las arreglaron para distribuir allí, con mucho esfuerzo, tres literas y el restos de sus pertenencias.

Sostiene que uno de los aspectos más difíciles del proceso de adaptación al refugio fue la convivencia. Asegura que en este sentido, el cambio de una forma de vida a otra, fue “drástico”. No obstante, admite que la evolución de la descomposición de las relaciones no fue inmediata, sino que se extendió en el tiempo, a los largo de seis meses. Quero mantiene que el factor principal de ese proceso fue la tensión que causó el retraso en las adjudicaciones.

“Los primeros tres meses todo era amor y paz pero luego eso se perdió. Nos veíamos en los pasillos y no nos soportábamos. Ahora entiendo que eso fue parte de la situación que todos vivíamos. La necesidad de tener una vivienda”, explica quien durante tres años y ocho meses se desempeñó como vocera principal del albergue.

¿CUÁNDO VA A LLEGAR MI JUEVES DE VIVIENDA?

Las luchas fueron muchas, comenta Quero. Entre ellas, las batallas contra la inseguridad. Refiere que no fueron pocas las ocasiones en las que, especialmente las mujeres, debieron resguardar las instalaciones ante los intentos de grupos externos de invadir los cubículos por falta de acción de los cuerpos de seguridad del Estado.

“Hubo momentos en los que pensé salir del refugio y volver a mi casa en ruinas. Levantarla y tratar de empezar de nuevo. Estaba desesperada. Había pasado un año y no teníamos respuestas. Es bueno que la gente que no ha pasado por eso sepa que esperar en esas condiciones no es fácil. En un refugio es sencillo perder la paciencia y la tolerancia. La espera se hace larga y constantemente te pregunta: ¿Cuándo va a llegar mi Jueves de Vivienda?”.

“En una situación como esa todos los involucrados tienen que estar claro de sus responsabilidades, que si no limpias o no colaboras nadie te va a obligar a que lo hagas, pero eso afectará al resto de las personas”, señala.

Este fue el tiempo del encuentro con el comandante Hugo Chávez. Indica que tiene mucho que agradecerle al padre de la Revolución Bolivariana. Afirma que de la lista de 15 familias que le entregó en aquella oportunidad al hoy presidente Nicolás Maduro, la mayoría fue atendida con celeridad. Y admite con cierta nostalgia que ella debió permanecer en el refugio hasta el final debido a su condición de vocera principal.

Explica que la primera preadjudicación de las familias de Federico Quiroz fue para Ciudad Caribia, con la advertencias de que aquellas familias que no desearan sumarse a esta proposición tenían que esperar el tiempo correspondiente para una nueva distribución. Lo que ellos nunca imaginaron era que la espera iba a ser de más de tres años.

“En una oportunidad nos vimos en la necesidad de trancar la avenida Lecuna. Enseguida llegaron representantes del Gobierno de Distrito Capital, integrante del Concejo Municipal y del Ministerio de la Vivienda. La acción funcionó y nos ofrecieron adjudicarnos en un urbanismos que se estaba construyendo en la calle Maury de Catia. Estábamos satisfechos pero al tiempo ocurrieron problemas con las familias que estaban previamente adjudicadas y debimos abandonar también esa opción”.

Poco a poco las familias de Parque Central gozaron del beneficio de una vivienda digna: sumadas a aquellas que decidieron trasladarse a Ciudad Caribia, una parte tomó como opción La Guaira y otras decidieron mudarse para Maturín. Solo dos familias permanecieron en el refugio. Los voceros principales son los últimos que abandonas los albergues.

“HOY SÍ ES EL DÍA”

Quero recibió la llave de su apartamento el 23 de abril de 2015. Ese fue un día soleado. Recuerda que toda la familia viajó en el Metro desde la estación de Parque Central hasta la estación Ruiz Pineda. Desde allí observaron por primera vez el urbanismo Ecológico Brisas del Alba. Luego tomaron una camioneta. Asegura que mientras iban subiendo la calle empinada escuchó la música que provenía del complejo y pensó: Hoy sí es el día.

“Me entregaron la llave y subí por el ascensor hasta el pido 7. Sentí de todo. Creo que todavía no tengo palabras para expresar ese sentimiento. Este es mi apartamento, pero es algo extraño, el día que te lo entregan no lo puedes creer, de verdad parece un sueño y pasan los días y la sensación se mantiene”, comenta Quero. El apartamento 7-B esta en la torre Autana “tiene tres habitaciones amplias, dos baños, una cocina grande y una sala comedor inmensa”.

El urbanismo Ecológico Brisas del Alba fue construido por la Gran Misión Vivienda en la parroquia Caricuao. Esta proyectado para albergar 10 torres de 12 pisos con 54 apartamentos cada una, de las cuales actualmente hay culminadas siete: Neverí, Caura, Cuyuní, Apure, Unare, Aroa y Autana. Los edificio ya erigidos poseen estacionamientos, parque recreativos y canchas deportivas. No tienen locales socioproductivos.

Después seis meses en su nueva vivienda, Quero ya inició las remodelaciones. Su esposo le construye una cocina empotrada y pronto tendrá una pared de piedra en un espacio el cual comenta, destinará para atender a sus visitantes. “Este es mi apartamento”, dice con orgullo pero también comenta sobre ciertas problemáticas, entre ellas una relacionada con el suministro del servicio de agua, de cuya calidad afirma “no es la mejor”.

CHÁVEZ TRABAJÓ PARA QUE CREYÉRAMOS EN ÉL

“Yo soy de este proceso revolucionario y sé que gracias a Chávez y ahora al presidente Maduro es que tengo mi casa. Voy a buscar un foto grande Chávez y la voy a poner en el pasillo de mi apartamento donde todo el mundo la vea. Siempre quise salir del barrio pero estaba clara que por mi cuanta iba a ser muy difícil. Gracias al Gobierno logré mi sueño. Recuerdo que mi abuela era adeca y una vez le pidió una máquina de coser a Claudio Fermín y él le dijo: Señora, yo se la traigo”. Y todavía la está esperando. “Eran gobiernos de mentira. Siempre le estaré agradecida a Dios y a mi comandante Chávez. Trabajé para que creyéramos en él y en nosotros. Nos hizo ver las cosas de otra manera”, reafirma Quero.

T/ Romer Viera
F/ Roberto Gil

Excelente dia para todos..! Me encanto el reportaje los felicitos camaradas..! Continuen porque hay q seguir avanzando con el legado de nuestro comandante chavez..! Yo super mega agradecida con todo lo q me dejo mi comandante chavez xq sin el sin esto nada seria posible..! Donde nada es facil pero tampoco imposible..! Hay q luchar hay q comerse las verdes y las maduras para q veas el resultado, continuo en mi proceso revolucionario. Son bienvenidos a mi ksa, mi hermoso apartamento..! Claro quisiera q hagan una edicion especial de la mision vivienda venezuela, y yo quiero estar yo xq debemos aprender a confiar a creer en este proceso.. hagan bien y no miren a quien, hagamos el bien o mal la gente siempre va a hablar..! Viva chavez..! Viva la revolucion..!

  • Conclusión: Tenemos un estado de signo popular, contrario al estado burgués del pasado que estaba al servicio de la oligarquía. En nuestra Venezuela de hoy el pueblo, antes marginado, tiene todas las posibilidades de resolver problemas que antes eran indisolubles. Por eso no podemos permitir que vuelvan, porque regresaríamos a la ley del embudo: Una boca ancha para poquitos y otra angosta para la mayoría. Felicidades para María Eugenia y su linda familia…