Por Fernando Bossi|El “Tío Cámpora” (Opinión)

El 11 de marzo de 1973, con un poco más del 49 por ciento de los votos, el Frente Justicialista de Liberación (Frejuli), con la fórmula Cámpora-Solano Lima, se imponía en las elecciones argentinas que ponía término a 18 años de proscripción del peronismo.

El lema de campaña fue “Cámpora al gobierno, Perón al poder”. Si bien el justicialismo, tras años de lucha y resistencia, había logrado presentar su opción electoral, el líder del movimiento no podía candidatearse por razón de una cláusula inventada por quien era en ese momento presidente de facto, el general Alejandro Agustín Lanusse. Fue así que Juan Domingo Perón decidió impulsar la fórmula encabezada por su delegado personal, Héctor José Cámpora.

Cámpora era un hombre de la primera hora del peronismo. Llegó a diputado nacional en las elecciones de 1946 –en las que Perón ganó por primera vez la Presidencia–, y presidió esa Cámara durante el periodo 1948-1952. Luego del golpe de Estado que derrocó al Gobierno popular en 1955, fue perseguido y encarcelado. En 1971, cuando Perón lo designó su delegado personal, fue uno de los principales artífices del armado del Frente Justicialista de Liberación.

El 25 de mayo de 1973 asume la Presidencia, con una multitudinaria movilización a la histórica Plaza de Mayo. En la asunción, estuvieron presentes el presidente chileno Salvador Allende y su par de Cuba, Osvaldo Dorticós. Para ese momento, Cámpora ya se había ganado la simpatía de la juventud peronista de izquierda, quienes le habían puesto el cariñoso apodo de “Tío”.

Su breve Gobierno, menos de dos meses, fue suficiente para cumplir con la misión que le había sido encomendada: renunciar y dejar paso para la convocatoria a nuevas elecciones sin cláusulas proscriptivas. Así, Perón pudo ser candidato y ganar las elecciones el 23 de septiembre de 1973, consagrándose Presidente de los argentinos por tercera vez.

Cámpora fue un ejemplo de lealtad a Perón y a la causa justicialista. La dictadura de 1976 intentó asesinarlo. Exiliado en México, el “Tío” falleció el 19 de diciembre de 1980.

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