Más de 230 detenidos en las protestas de los chalecos amarillos en París

La décimoctava manifestación de los chalecos amarillos en Francia ha supuesto una escalada de altercados en el centro de París que se ha saldado con 237 detenciones, según informa Le Monde. Esta jornada está considerada crucial, ya que se cumplen cuatro meses de protestas y tiene lugar un día después del final del Gran Debate Nacional impulsado en enero por el presidente Macron para encontrar respuestas con las que atajar la crisis social y política desatada desde mediados de noviembre.

«El gran debate lo que ha sido es una gran broma», denuncia a EFE Quentin, un participante en la manifestación parisina, de 30 años de edad y llegado expresamente de Nantes, en el oeste del país. En este tiempo, agrega, no ha cambiado nada a nivel político, pero «gente de diferentes medios ha aprendido a conocerse en favor de una lucha común».

Los chalecos amarillos han lanzado este sábado un ultimátum al presidente de Francia, Emmanuel Macron, con una nueva manifestación que desde primera hora de la mañana registró altercados y estaba destinada a mostrar que el movimiento mantiene su fuerza a pesar de las promesas gubernamentales.

«Después de esta jornada, al menos para mí, no habrá más manifestaciones. Habrá acciones de verdad, tendremos que proponer bloqueos. Hemos demostrado que sabemos manifestarnos, que no ha funcionado y que no hemos sido escuchados», ha escrito en redes sociales uno de los líderes del movimiento, Éric Drouet.

El llamado RIC, Referéndum de Iniciativa Ciudadana (RIC), sigue siendo la principal reivindicación de los opositores, que también reclaman la disolución de la Asamblea Nacional y la constitución de una provisional «mientras se reorganiza el sistema».

Fuerte dispositivo policial

La Prefectura de Policía de París ha movilizado para este fin de semana 5.000 efectivos, un número superior a los desplegados en protestas anteriores, consciente de que esta jornada es delicada y coincide con otra gran marcha organizada en contra del cambio climático.

El Arco del Triunfo es el epicentro de los altercados en la capital, que las fuerzas del orden intentan contener con cañones de agua y gases lacrimógenos, según informa la prensa francesa. Los manifestantes tenían como objetivo acercarse al Elíseo, pero los accesos al Palacio presidencial, igual que a otros puntos considerados «sensibles», han sido bloqueados.

Entre los altercados, se recogen destrozos de tiendas y restaurantes de lujo de la zona, así como el ataque a un camión de la Gendarmería. También se han levantado varias barricadas en las inmediaciones.

«No hay duda: instan a la violencia y están ahí para sembrar el caos en París. Profesionales del desorden equipados y con máscaras han infiltrado los cortejos. Mi consigna a la Prefectura de Policía: responder con la mayor firmeza a esos ataques inadmisibles», ha declarado en Twitter el ministro del Interior, Christophe Castaner.

Aunque no está clara bajo qué forma continuarán las protestas después de la manifestación de este sábado, manifestantes como Van-Thanh Nguyen, francés de origen vietnamita que ha participado en 16 de las 18, asegura que seguirá luchando «hasta que las cosas cambien».

«Macron es una marioneta del sistema», apunta este parado de 60 años, que ha acudido a la capital desde Seine Saint-Denis, en la región parisina. El pasado sábado, el Ministerio del Interior cifró los manifestantes en toda Francia en 28.600, de los que unos 3.000 se concentraron en París, mientras que las autoridades han reconocido entre 7.000 y 8.000 asistentes a la convocatoria en la capital.

Las movilizaciones de los chalecos amarillos comenzaron en noviembre para protestar contra la subida de los impuestos al diésel y en diciembre alcanzaron su punto álgido con las protestas contra la represión de las manifestaciones hasta el punto que Macron anunció un paquete de medias económicas para mejorar las condiciones de vida de la clase media y trabajadora.

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