Columna nuestras raíces|Los 33 orientales (Opinión)

Sigilosamente las dos lanchas avanzaron por el Delta del Paraná la noche del 18 de abril. Había que cruzar el Río Uruguay burlando la vigilancia de la flota brasileña que custodiaba la costa. En la madrugada del 19 los combatientes desembarcan en la Playa de la Altagracia y despliegan la bandera tricolor, roja, azul y blanca con la divisa “Libertad o Muerte”.

El jefe de los revolucionarios era Juan Antonio Lavalleja, que había sido comandante de José Gervasio Artigas, el “Protector de los Pueblos Libres”, y que ya había combatido tanto contra españoles como contra portugueses, brasileños y porteños. El objetivo del operativo era organizar una avanzada militar en territorio oriental para expulsar a los brasileños y reunificar a la Provincia Oriental con las Provincias Unidas del Río de la Plata.

La lucha de la oligarquía de Buenos Aires y Montevideo contra Artigas había permitido, en 1816, la entrada de un poderoso ejército portugués a la provincia oriental, conquistándola e incorporándola al Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarve, bajo el nombre de Provincia Cisplatina. Para los sectores privilegiados de la sociedad rioplatense era sumamente peligroso el liderazgo de Artigas, quien planteaba no solo la lucha anticolonialista, sino también la justicia social y la reivindicación de los derechos del gauchaje, los negros y los indios. Esa oligarquía prefería entregarse al poder de los esclavistas portugueses que abrir las puertas a la democracia popular impulsada por el general José Gervasio Artigas.

La avanzada de los hombres de Lavalleja dio resultados, y tras dos largos años de batallar incesantemente, las tropas del Imperio de Brasil fueron derrotadas en la Batalla de Ituzaingó y desalojadas del territorio oriental. Pero los ideales de Lavalleja y los 33 Orientales no se vieron cristalizados. Las intrigas de la oligarquía porteña y montevidiana, en coordinación con Inglaterra, lograron la “independencia” del territorio bajo el nombre de República Oriental del Uruguay. La táctica del “Estado Tapón” la aplicaban los británicos en el Sur del continente; con el lema “divide y reinarás” el colonialismo comenzaba su ciclo de dominación suramericano.

T/ Fernando Bossi
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