Revolución y DDHH | 4-F:Día de la Dignidad Nacional (Opinión)

A partir del Pacto de Punto Fijo de Acción Democrática, Copei y URD, comenzó la distorsión de lo que se logró el 23 de enero de 1958 con la caída de Marcos Pérez Jiménez, porque esos factores ya traían en su seno la carga de intereses que fueron parte de las causas de lo que después vivimos en 40 años de seudo- democracia.

Esos años se caracterizaron por una masiva violación a los derechos humanos, en las que destacan masacres como la de El Amparo, Yumare, Cantaura; desapariciones forzadas, torturas, asesinatos de enemigos políticos, enriquecimiento de la nueva clase política, más acumulación de los que ya tenían, corrupción generalizada, cultura de la violencia y de la muerte, entre otros.

Había un desespero popular por medidas neoliberales que empobrecían cada vez más al país, privatizaciones para beneficiar a los grupos poderosos, una cúpula militar corrupta y saciada de los favores del Presidente de turno, una cúpula empresarial que imponía sus condiciones de explotación de los pobres, otra sindical que vendía a los trabajadores, unos cuerpos de seguridad preparados para dar muerte y no para la vida.

Es desde ese contexto que se nos hace imperativo leer e interpretar lo que ocurrió el 4-F. Como sabemos, se gestó dentro de la Fuerza Armada un movimiento que interpretó la situación del país y de los más pobres.

Oficiales, suboficiales y soldados que dieron la cara por el pueblo estaban comprometidos con las causas populares y salieron dispuestos a dar sus vidas por ellas.

Arriesgaron todo: vida, carrera, prestigio, posibles comodidades y privilegios. Un sencillo “por ahora”, expresado desde las entrañas de ese compromiso, resumió el cambio transformador que más tarde vendría, ya que así conocimos al líder inconmovible, valiente, valeroso, aguerrido, inteligente y amoroso: Hugo Rafael Chávez Frías.

Su antiimperialismo, que ahora es también del pueblo, produjo el permanente acecho imperial con tres líneas para desprestigiarlo: el narcotráfico, el terrorismo y los derechos humanos.

Como no pudieron de otras maneras, quisieron ligarlo al narcotráfico, al terrorismo y presentarlo como un flagrante vulnerador de los derechos humanos. El tiempo dijo todo lo contrario: no hemos tenido un Presidente y líder más íntegro que Chávez.

De esta manera, celebrar el 4-F es andar en los valores de la honestidad, del amor, de la solidaridad; de la valentía ante la ignominia imperial, sentirse orgulloso de nuestra Patria y de nuestro líder; dar gracias a Dios por los logros de la Revolución y entregarnos en cuerpo y alma en sacrificio por los demás.

T/ Antonio Urribarrí