5 De julio de 1811: Emblema de libertad e independencia

Históricos los momentos cuando el Congreso Constituyente, a solicitud de la Sociedad Patriótica, designó una Comisión para que redactase el Acta de Independencia. Noble tarea que hubo de recaer en las mentes ilustres de Don Germán Roscio y Francisco Isnardi. El trascendental documento, que cimentaría las bases del naciente Estado republicano, sería aprobado por el Congreso Constituyente, el 5 de julio de 1811.

En el corazón y el pensamiento de nuestro pueblo se fue incubando crecientemente la idea de la emancipación. No se manifestaba de manera rotunda, pero rondaba en la consciencia de quienes, años más tarde, como Bolívar y los próceres de la independencia, darían el grito de libertad.

II

Antes de que la Constitución de 1811 proclamara la aspiración libertaria y emancipadora, Venezuela era una brasa oculta que pronto sería fuego creador.

En las entrañas de la antigua Capitanía General de Venezuela, constituida en 1777, habían nacido el más grande hombre de pensamiento libertario, Simón Bolívar, y el primero en las letras en Hispanoamérica, Andrés Bello.

Francisco de Miranda y Simón Rodríguez, precursores de la Independencia y del pensamiento utópico, encendieron la flama de la libertad, que antes habían atizado los rebeldes pueblos indígenas encomendados y los indómitos cimarrones esclavizados.

A lo largo de tres siglos se había gestado un proceso de mestizaje que confluiría en la conformación de nuestra Nación. En 1800, cuando llega a Venezuela el científico alemán Alejandro de Humboldt, ya se había configurado el perfil étnico del venezolano de hoy.

En esos siglos se desarrollaría una rica y sincrética cultura que, con el lenguaje de la poesía, la música y la danza, creó y enriqueció la identidad de nuestro pueblo.

Si en aquella oportunidad la razón fundamental de la epopeya era erigir naciones libres, independientes y soberanas, el tiempo presente nos convoca a emprender una nueva lucha que nos lleve a construir -en Venezuela-, una democracia participativa y protagónica con profundo sentido humano.

Este es el objetivo de nuestra Revolución y el mandato que nos legara el Comandante Supremo de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez Frías.

En ese camino andamos.

Y al seguir el legado de nuestros Libertadores no debemos -como decía Simó Bolívar-, dar descanso a nuestros brazos, ni reposo a nuestras almas, hasta que no logremos alcanzar la plena felicidad del pueblo venezolano.

III

Bolívar está vivo y no porque se le recuerde por su rigidez estatuaria sino porque pervive en los cantos tradicionales, en las artes plásticas, en los cuentos y poemas, en los rezos e invocaciones mágico-religiosas del pueblo, y en los sueños de una América que clama por justicia e igualdad social.

El gran poeta chileno Pablo Neruda plasma, con excepcional sensibilidad, el sentimiento popular latinoamericano en su “Canto a Bolívar“:

Padre nuestro que estás en la tierra, en el agua, en el aire de toda nuestra extensa latitud silenciosa/ todo lleva tu nombre, padre… / tu herencia fueron ríos, llanuras, campanarios/ tu herencia es el pan nuestro de cada día, padre.

Bolívar es pueblo. Nada más distante de su pensamiento y acción redentora, que concebirlo al margen de la dinámica real de la historia.

Pueblo que sueña nunca muere. Pueblo que lucha, alcanza sus sueños. El pensamiento bolivariano sigue siendo hoy, la mejor fuente de inspiración para alcanzar la felicidad de los pueblos nuestroamericanos.

IV

En Venezuela, nación libre y soberana, ocurren acontecimientos históricos cruciales, que marcan hitos en los ámbitos nacional y continental. Aquí se juega, en muchos sentidos, el destino de nuestros pueblos. En la Patria de Simón Bolívar se viven momentos de gran proyección revolucionaria. Nuevos horizontes se abren para todas las venezolanas y venezolanos.

El legado de los fundadores de la República guía nuestras luchas. Renace la esperanza. Sueño hermoso el de construir una patria donde estén vigentes los principios de libertad, igualdad y fraternidad, que inspiraron nuestra emancipación.

V

Herederos, como somos, de las mejores tradiciones libertarias que emanan del alma nacional, queremos recordar en este 5 de Julio el Canto Guerrero de los Cuicas, quienes invocaban a sus Dioses para defender a la Pacha Mama.

Madre Chía que estás en la Montaña,

Con tu pálida luz alumbras mi cabaña.

Padres Ches, que alumbras con ardor,

No alumbres el camino al invasor.

VI

Hugo Chávez es heredero histórico del ideario de Simón Bolívar, quien procuró alcanzar una patria grande, libre y unida.

Él estuvo absolutamente comprometido con un orden mundial, basado en el respeto al Derecho Internacional, la soberanía, la independencia política y la igualdad jurídica de los Estados.

El legado del Comandante Presidente Hugo Chávez se ha convertido en un sentimiento objetivo de Patria y tiene una irrefutable proyección histórica. El chavismo es una nación soberana en movimiento perpetuo, empoderada hacia la libertad y la justicia social.

Chávez es el continuador, en este nuevo tiempo histórico, de la obra de los fundadores de la patria. Es nuestro segundo Libertador.

El mandato que nos deja es avanzar en la construcción del Socialismo Bolivariano del Siglo XXI, como alternativa viable al destructivo y salvaje sistema capitalista, y a su expresión genocida: el declinante imperialismo norteamericano.

Sus banderas han sido retomadas, con valentía y dignidad, por su legatario el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros.

Por eso el imperialismo estadounidense, a través de la CIA y el Pentágono, ha ejecutado planes para asesinarlo. Por lo tanto, pedimos que se fortalezca la solidaridad internacional para que la paz y la fraternidad humana prevalezcan en Venezuela y en el mundo.

¡Viva el 5 de Julio de 1811, día de nuestra independencia!

*Discurso pronunciado por el Embajador Jorge Valero, Delegado Permanente de la República Bolivariana de Venezuela ante la UNESCO, frente a la estatua del Libertador Simón Bolívar, al celebrarse la Conmemoración del 210° aniversario de la Independencia de Venezuela