Subió a 75 el número de personas asesinadas en el estado de Espíritu Santo, limítrofe con Río de Janeiro, donde la policía ratificó la huelga y el gobierno envió al Ejército, que no ha podido restablecer el orden.
La población permanecía hoy mayoritariamente en sus domicilios aterrada ante la ola de asesinatos y saqueos propiciados por la medida de fuerza policial iniciada el viernes pasado por la noche.
El presidente Michel Temer envió al Ejército y la Fuerza Nacional ante la barbarie que tomó cuenta del estado de la región sudeste, y especialmente de su capital Vitoria, que hoy amaneció sin transporte público y los comercios cerrados.
No hay más espacio para ubicar los cadáveres en el Instituto Médico Legal de Vitoria, donde algunos cuerpos están fuera de los refrigeradores y el olor es nauseabundo, según denunciaron familiares de las víctimas.
Los policías que reclaman 43 por ciento de aumento salarial encomendaron a sus esposas que los representen ante el gobierno de Espíritu Santo dado que la ley provincial prohíbe este tipo de medidas de fuerza.
Así las esposas y otros familiares de los agentes de seguridad se apostan frente a los cuarteles para impedir la salida de las patrullas.
El bloqueo de los cuarteles es «un teatro y un chantaje» declaró el secretario de seguridad de Espíritu Santo.
En la madrugada de este miércoles el Ejército amenazó desalojar a las mujeres del cuartel general de la policía lo que originó momentos de tensión.