Alrededor de mil puestos de trabajo están amenazados este martes en Francia tras la decisión del grupo empresarial Altia de declarar la bancarrota en 46 de sus 48 filiales debido a sus malos resultados económicos.
El Estado galo es propietario del 20 por ciento del capital de la firma, que ya en junio había informado de la quiebra de su rama productora de carros de compras de supermercado.
De acuerdo con el director general de Altia, Michel Rességuier, la idea es proceder a un desmantelamiento total del grupo por medio de la venta de sus filiales, las cuales abarcan diversos sectores, como la producción de cabinas de tractores, piezas de aviones y accesorios para automóviles.
El Tribunal de Comercio de París aceptó la declaración de bancarrota y otorgará un plazo para buscar potenciales inversionistas, señaló Rességuier.
De los 46 sitios con problemas, tres serán puestos en liquidación inmediata a partir de septiembre, Altia Metal y Plásticos, con 34 asalariados; Altia Angers, donde laboran 74 personas; y la planta de Chasseneuil-du-Poitou, con 48 empleados.
En total la corporación da trabajo a tres mil 500 personas en varios países, de ellos mil en Francia, donde están las fábricas con más peligro de cerrar sus actividades.