Correo de los derechos de Pablo Fernández|Doctrina de shock en Venezuela (Opinión)

Una obra de lectura recomendada en los tiempos que vivimos (y preparándonos para cualquier escenario que pudiese venir) es el reconocido libro titulado La Doctrina del shock, de la periodista canadiense Naomi Klein. Personalidad que por cierto ha tenido relevante influencia en los movimientos que apuestan a construir experiencias de socialismo democrático. Las similitudes entre las crisis económicas agudas y la doctrina original de la terapia de choque (terrorífica técnica psiquiátrica en la que se aplicaban choques eléctricos a pacientes con enfermedades mentales) dan base al hilo argumental de este excelente trabajo, que ha cosechado amplios reconocimientos, pero también el ataque feroz de los defensores del neoliberalismo y las teorías de Milton Friedman.

En dicha obra (que posee su versión fílmica) la autora devela cómo las políticas económicas promovidas por Friedman y la Escuela de Economía de Chicago, solo fueron posibles de aplicar en los diversos países que las padecieron, gracias a la afectación sistemática de la psicología social, mediante una violenta destrucción del orden económico preexistente, la generación intencional de contingencias políticas o favorecidas por desastres naturales que, en el ámbito de profundas conmociones colectivas, facilitaron la aplicación de reformas profundamente antipopulares y amarradas a las agendas de los grandes poderes económicos.

Un claro paneo explicativo de la implementación de la Doctrina de shock nos lleva por la experiencia del golpe de Estado contra Salvador Allende (1973), seguido del golpe militar en Argentina (1976), los gobiernos ultraconservadores en los años 80 (Ronald Reagan en Estados Unidos y Margaret Thatcher en el Reino Unido), la situación de fines del siglo XX en Polonia, Rusia, Sudáfrica, los tigres asiáticos, hasta el devastador huracán Katrina, el 11 de septiembre en Nueva York y su consecuente e injustificada invasión a Irak.

Lectura obligada decía, para quienes pretendan entender las dimensiones de la situación que hoy nos afecta en Venezuela producto de la guerra económica provocada por la reacción y sus aliados internacionales, que no es otra cosa que la restauración (una vez mas) del modelo de shock. Modelo que tan útil y eficiente ha resultado a los intereses de EEUU, cuando se trata de revertir procesos transformadores en sociedades del mal llamado “Tercer Mundo”, pero también en el propio núcleo de las economías occidentales fuertes.

T/ Pablo Fernández B.
pabloefb@gmail.com
Caracas

Para nada se necesita sacar a colación aspectos teóricos relacionados con sistemas socioeconómicos ya definidos y relacionados con aspectos filosóficos. El Marxismo enseña q el hombre antes de pensar en política pensó primero en comer y cubrir sus necesidades básicas. Centrar la oratoria, discurso, actuación y dedicar maxima atención a los aspectos q mas le preocupan al ciudadano común¡
Porque se permite que los precios de los alimentos básicos suban exagerada, anárquica y sistemáticamente sin q guarde relación con la ley de oferta y demanda?
Que pasa con la subida anárquica del precio del pan?
P q dice la prensa q arribó a puerto buque cargado de arroz y no aparece ni en los centros espirituales¡
al igual que la harina maíz¡ los granos están perdidos y entonces como saben q el pueblo le echará mano a las hortalizas suben preció de la papa, zanahoria y frutas. Son macabros los cerebros q están detrás de esto¡

  • Las políticas de shock de poderosos intereses foráneos contra Venezuela; pueden convertirse en acicate para el desarrollo agrícola e industrial del país. Resulta que las fuerzas retrogradas no han rendido al pueblo ni logrado una explosión social con el desabastecimiento y las colas. El gobierno apoyado en la poderosa FAN, planifico perfectamente el contraataque económico con los 15 motores y los está desarrollando a ritmo vertiginoso sin desasistir a los mas pobres¡. Resulta q contamos con grandes riquezas naturales (petróleo, minerales valiosos diversos, agua abundante, recursos forestales y biodiversidad) e inversiones de capital extranjero por el orden de 4 mill millones de dólares así como tierras fértiles para autoabastecernos con alimentos y desarrollo agrícola con la colaboración de países hermanos así como un empresariado patriota q se ha incorporado al motor industrial. Como si eso fuera poco, abundante mar p la pesca y ríos p la acuicultura.