Los mercados bursátiles del mundo están pendientes de lo que sucederá la próxima semana en el Foro Internacional de Energía que se efectuará en Argelia el lunes 26 y martes 27 de septiembre.
En el encuentro que participan consumidores y los productores miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y los que no integran el bloque se planteará el tema de la congelación de la extracción.
La diplomacia venezolana ha estado trabajando ese consenso, pero hasta ahora no ha sido posible, pero es fundamental para reducir el exceso de oferta de crudo que existe en el mercado, sobre todo en los inventarios que están 300 millones de barriles por encima del promedio de los últimos cinco años.
Lo que se busca con ese consenso es anticiparse a esa situación y evitar “un colapso” en los mercados internacionales de los precios del crudo, mediante la congelación de la producción.
La situación de precios relativamente bajos se ha sentido en las grandes empresas petroleras. Esta semana la brasileña Petrobras anunció una reducción de 25% en sus inversiones 2017-2021, lo que ubicará en 74.100 millones de dólares.
La urgencia de este acuerdo no solo es por el lado de la viabilidad de las inversiones petroleras, sino por el fantasma de la desaceleración mundial. Un indicador de alerta es el sobre-endeudamiento de las economías europeas y China. El año pasado la deuda del gigante asiático de 168,48 billones de yuanes, el equivalente a 249% del Producto Interior Bruto (PIB) del país.
En un reciente informe, el Banco de Pagos Internacionales (BIS) alertó sobre la magnitud récord de la deuda en China que podría desatar una crisis bancaria en la segunda economía mundial, con consecuencias más allá del gigante asiático.
En este escenario resulta imperioso estabilizar el mercado petrolero, de manera de reducir la incertidumbre en los consumidores y preparar un escenario mas previsible para la industria petrolera.