Unos 500.000 niños viven en Siria en las zonas asediadas donde la permanente guerra no permite la llegada de ayuda humanitaria básica, alertó el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef por su sigla en inglés).
«Para millones de personas en Siria la vida se tornó en una pesadilla interminable, en particular para centenares de miles de niños que viven bajo el asedio», dijo el director ejecutivo de Unicef, Anthony Lake.
Por medio de un comunicado, la Unicef precisó que los 500.000 infantes permanecen en 16 zonas asediadas de Siria, entre ellos 100.000 en Alepo oriental.
Lake detalló que los menores «mueren o resultan heridos, están demasiado atemorizados como para ir al colegio o incluso jugar, sobreviviendo con mínimo de comida y sin casi ningún medicamento».