Donald Trump no solo es un tipo antipático, sino que hace esfuerzos para serlo y parecerlo mucho más.
Es un provocador de oficio, lo que le ha dado pingües beneficios en los negocios y la política.
Dijera él mismo, “a las pruebas me remito”.
Es la expresión más acabada del sistema capitalista, con antifaz antisistema.
Solo CNN, un monstruo comunicacional que barre el piso con el periodismo, logra que Trump a veces parezca simpático.
Ello porque CNN es una TRUMPada a la ética.