Productores de todo el país le ponen “sabor particular”|El cocuy es una muestra de cómo hacer una empresa artesanal

Muchos productores realizan catas en varias ciudades

La cultura del whisky o “guisqui” importado y otras bebidas foráneas, tan de moda en el país hasta comienzos del presente milenio, quedó como un recuerdo para la mayoría ante los precios exorbitantes. Hoy muchos miran hacia el mercado nacional, especialmente enfocado a los rones y el cocuy.

Sin embargo, el procesamiento del cocuy artesanal no es un negocio de data reciente, sino que viene desde la época de la colonia y permaneció hasta bien entrado el milenio pasado, cuando existieron decenas de alambiques.

Hoy por hoy, la mayoría de esas fábricas, familiares en la mayoría de los casos, ya cumplen con las normas sanitarias y otras legales para vender su producto para el consumo. Una de estas es la empresa de cocuy de penca Lenin y Liliana, que produce de dos a tres mil litros al año, “bajo un procesamiento sin químicos y cien por ciento natural”, señaló Lenín López, quien junto a su esposa Liliana, regenta desde el año 2010 esta fábrica que tiene cuatro hectáreas en El Tocuyo y casi mil metros en Siquisique, ambas en el estado Lara. Ellos producen mensualmente en estos terruños más de 200 litros al mes.

POR ETAPAS

Este producto artesanal se hace poco a poco, empezando por esperar hasta ocho años para que madure la mata de penca, produciéndose luego la maceración que consiste en quitarle las hojas “y dejarle solo el corazón, algo que tiene que ser realizado en clima cálido y sin lluvias. Luego viene el proceso de cocido u horneado que dura ocho o nueve días”.

Para esta etapa se deben hacer huecos de 1,50 por dos metros donde colocan madera de cují, aparte de colocarle piedras áridas para que agarre el calor y encima de las mismas se colocan las cabezas de agave: “Luego viene el proceso de prensa donde le sacamos el jugo a los agaves de las pencas. Eso trae de cinco a nueve grados de alcohol. De ahí lo ponemos a fermentar con piña. Otros lo hacen con azúcar, papelón o melaza, pero están muy caros. Eso sí, no utilizamos aditivos químicos, ni desforestamos la tierra sacando la mata antes de tiempo”.

Actualmente, distribuyen en Barquisimeto y Caracas, entre otras ciudades, su producto que en muchas de sus presentaciones tienen mezclas con jengibre, piña y otras frutas: “Nosotros queremos mantener la cultura artesanal del cocuy de penca, pero sin colocarle formol u otro producto químico para que fermente en dos o tres días”.

Por su parte, Lorenzo Tarazona, también participante en esta pequeña industria, acotó: “No solo el cocuy es para echarse sus traguitos, sino tiene otras bondades. Cuando se comienza la destilación del cocuy, el primero sale entre ochenta a noventa grados de alcohol, siendo utilizado para frotar o sobar cuando hay dolores musculares. Al seguir destilando y cuando está a 56 grados, el líquido lo pueden utilizar personas con diabetes, que se puede tomar un traguito en ayunas todos los días”.

Destacó que también este licor regula la tensión arterial y el colesterol: “Cuando lo combinas con jengibre y sábila, lo utilizan las personas con bronquitis, asma y otras enfermedades respiratorias. Eso sí, tomándolo administradamente”.

T/ Eduardo Chapellín
F/ Jonathan Manzano

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