El incremento del ingreso anual per cápita de 1.120 dólares en 2005 a 3.130 en 2018, un crecimiento económico del 4,9% internanual, muy lejos del 2,7% del continente Sur Americano y la triplicación del Producto Interno Bruto (PIB) desde 11.520 millones de dólares a 37.776, posicionó a Bolivia como el país suramericano con mayor crecimiento económico de la región.
Esto se ha traducido en el aumento del poder de compra de los ciudadanos, uno de los indicadores que señala equitativa distribución de la riqueza y, otra variable importante, la disminución de la pobreza extrema de un 38,2% en 2005 a un 17,9% en 2018, lo que llevó aparejado el incremento de la clase media de 3,3 millones de personas en 2005 a 8,5 millones en 2018.
Todos esos logros han sido refrendados por organismos internacionales dedicados al tema económico, como Control Risk y Samar Maziad. Un analista de Moody’s, agrega que «la inversión pública boliviana representa 12,6% del Producto Interno Bruto, transformándose en la principal fuente de crecimiento».
Todd Martínez, analista para Bolivia de Fitch, importante compañía especializada en evaluaciones sobre riesgos financieros, señala que «se ha logrado un giro importante hacia un modelo económico liderado por el Estado, canalizando la riqueza de hidrocarburos del país hacia programas sociales y proyectos estatales de industrialización».
Por su parte, el Fondo Monetario Internacional (FMI), pronostica para 2019 un crecimiento del 4% para Bolivia y sólo 1,9% para la región, que atribuye, igual que otros entes especializados, a la estabilidad social y política, muy lejos de la violencia y los golpes de Estado.
«Todo eso ha contribuido al crecimiento económico. Morales ha conseguido aglutinar a organizaciones sindicales, campesinas, agrarias e indígenas. Van 14 años de estabilidad política con el mayor crecimiento económico de la región, a un promedio de 5 por ciento anual», dice el ente, mientras añade que «de tener la mayor desigualdad de ingresos en Suramérica, se sitúa ahora en un nivel regional promedio».