Mario Sanoja se propone impulsar la creación de un museo caraqueño

El recién nombrado cronista considera necesario desarrollar un programa de investigación para definir lo que es la identidad y cultura de Caracas, ciudad que no está en un valle sino que hubo que rellenar para su construcción a lo largo de los siglos. Caracas es un caos pero es una ciudad extraordinaria, cuya hermosura se evoca estando afuera

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Para Mario Sanoja Obediente fue una sorpresa agradable, un nombramiento que no esperaba, su designación como cronista de Caracas, un cargo que ha sido desempeñado por intelectuales de mucha valía. Entre ellos menciona a Enrique Bernardo Núñez, quien ha sido una institución de las letras venezolanas. “Le agradezco a la alcaldesa (Érika Faría) que haya pensando en mí. De cierta manera siento agrado; es un reconocimiento a mi trabajo intelectual”, señala en una de las salas del viejo edificio de la alcaldía caraqueña, frente al Palacio Legislativo, donde atiende al Correo del Orinoco.

Sanoja, quien junto a su esposa Iraida Vargas ha desarrollado una profusa investigación de nuestras raíces históricas, plasmada en numerosos libros como coautores, reconoce un cierto peso “honorífico”, del cargo, pero al mismo tiempo considera que es muy importante para recuperar y promover la cultura caraqueña, en una ciudad que necesita definir su identidad cultural, y la alcaldía, a través de la oficina del cronista, puede contribuir a desarrollar una concepción positiva de la historia de la sociedad caraqueña. De hecho, esa premisa constituye una de las líneas de trabajo que se propone adelantar en este nuevo reto que asume junto a Iraida Vargas, porque Mario Sanoja habla de “nosotros”, entendiendo que ambos forman una llave indisoluble.

Al reflexionar sobre el tema de la identidad caraqueña, Sanoja asegura que son muchas identidades.

“Yo soy caraqueño, pastoreño “, dice, “entonces la identidad pastoreña es muy específica, pero es parte de un contexto más amplio. Antiguamente un pastoreño podría definirse frente a la gente de San José, de San Juan, de Candelaria, porque los pastoreños eran gente muy fiestera, muy alegre, con una visión muy lúdica de la vida, lo cual contrastaba con otras parroquia. Recuerdo que escribí una nota en Ultimas Noticias sobre ese aspecto, ya que La Pastora era una parroquia donde todos los fines de semana la gente de la cuadra hacía fiesta. Es lo que se llamaba hacer un arroz. La gente se reunía, compraban la bebida, los pasapalos, sacaban el picó y con discos de la Billos formaban la gran fiesta. Era una cuestión social, porque las fiestas de La Pastora no solamente eran para divertirse sino para estimular los lazos de integración social. Numerosas muchachas aprovechaban para conseguir novio en esas reuniones, se casaban, en fin, era un espacio de interacción humana muy importante.

-¿Es posible hoy rescatar en las parroquias esas cosas?

-Realmente no sé, porque todo ha cambiado tanto, sobre todo las referencias urbanas de las parroquias han sido destruidas por las nuevas modificaciones que han hecho los planificadores urbanos. Además, la calidad de la población ha cambiado tanto que es difícil dar una opinión. En La Pastora que es la que yo he visto más, hay una cantidad de inmigrantes de países de América Latina que le han dado la vuelta a lo que era la identidad caraqueña. Muchas casas que eran de pastoreños acomodados se han transformado en pensiones, o sea, ha habido un cambio que no estoy en capacidad de poder evaluarlo. Evidentemente sería muy difícil volver atrás a lo que fue La Pastora de aquella época.

-Usted e Iraida Vargas afirman que Caracas no es un valle ¿Por qué?

-Caracas es un territorio en pendiente, es el piedemonte del Waraira Repano, pero al mismo tiempo, esta Caracas antigua, del casco histórico, está en la terraza alta del río Guaire, o sea, si podemos hablar del valle, no es esto, el valle está más abajo, en las orillas del río Guaire, que es la parte plana, este es el pie de monte del Waraira Repano y la terraza alta del Guaire. Para poder construir Caracas hubo que excavar y aplanar. Para darle una idea, nosotros hicimos excavaciones arqueológicas en la escuela José Angel Lamas, al lado de Santa Capilla, y encontramos lo que fue el piso de la Caracas originaria de 1568, tres metros por debajo del piso actual de la calle, o sea, ha habido un proceso de relleno intenso que ha cambiado la naturaleza del terreno.

Un museo para Caracas

Centrado de nuevo en el tema de la identidad caraqueña, Sanoja señala que se plantean, a través de la oficina del cronista, desarrollar un programa de investigación cultural de Caracas, incluso incorporando a los cronistas parroquiales como colaboradores, para definir lo que es la cultura del caraqueño. Ello es importante porque le permitiría a la alcaldía contar con un conocimiento profundo a la hora de desplegar una política urbana más efectiva.

-Usted que ha visto mundo ¿Cómo definiría esta ciudad?

-Esta ciudad es un caos, se ha convertido en un caos porque la han modificado sin mucha planificación. A veces voy al centro de Caracas y veo una cuadra llena de casas con ventanas, fachadas de finales del siglo XIX, y de repente te encuentras con una mole al lado, un edificio que, aparte de todo, arquitectónicamente es horrible: interrumpe toda la perspectiva urbana de la cuadra. Lo que pasa es que Caracas tiene, yo diría, como un espíritu muy importante, una ciudad que al mismo tiempo que es agresiva es atractiva. Creo que pocas ciudades tienen ese entorno como el Waraira Repano que es un monumento natural muy importante. Al mismo tiempo es una ciudad muy verde, llena de arboledas, de quebradas, que en muchas partes del mundo no existen. Entonces, metido en este tráfago urbano del tráfico, uno se siente agredido por la ciudad, pero cuando uno se va de Caracas, que vive en otra parte, se da cuenta de lo hermoso que es. Uno se desprende de esa visión negativa de la vida cotidiana y se da cuenta que es una ciudad extraordinaria, pero para apreciarlo hay que estar afuera y evocarla como un buen recuerdo.

-¿Esa no es la emoción que embargaba a Pérez Bonalde en su Vuelta a la patria?

-Así es, cuando Pérez Bonalde vuelve a la patria, todas esas cosas que posiblemente para él, en ese entonces, eran cotidianas, que no le llamaban la atención, de repente comienzan a recobrar sentido en su memoria: los techos rojos, las bandadas de blancas palomas; todo eso era muy caraqueño, posiblemente no existía en otras ciudades del mundo, pero sí en Caracas. Caracas tiene una cantidad de cordialidades extraordinarias que uno en el día a día no se da cuenta. Después que se reflexiona sobre ella se perciben todas las cosas bellas que tiene, es decir, moverse hoy día en Caracas es terrible por el tráfico, la inseguridad, pero cuando comienzas a recordar, te mueves mentalmente a través de esos ambientes. Empiezas a reconstruir todas las cosas positivas que tiene la ciudad. Yo creo que eso es un tipo de conocimiento de la ciudad que la oficina del cronista, o lo que se pueda llamar, nosotros pensamos que sería como un centro de estudios de cultura caraqueña que podría estimular, no solamente su conocimiento sino la comprensión de la ciudad por parte de sus habitantes.

Agrega Sanoja que Caracas es un compendio de sensaciones. Ha conservado una estructura vegetal importante que causa asombro en los visitante. Piensa que habría qué estudiar esa visión espontánea de conservación del entorno.

-¿Cómo piensa usted que se ha escrito la historia de Caracas?

-Yo diría que como muy anecdótica. Iraida y yo hemos desarrollado un gran proyecto de la arqueología caraqueña que consistió en estudiar científicamente la fundación de Caracas desde el siglo XVI hasta hoy. Hicimos cantidades de excavaciones arqueológicas como en la Escuela José Angel Lamas. Allí encontramos los asientos de la ciudad más antigua caraqueña que es de 1567-1568. Era una aldea indígena que fue quemada por el pirata inglés Aimas Preston, a finales del siglo XVI. Excavamos en el Palacio de las Academias y encontramos toda una secuencia histórica que va desde el siglo XIII con una aldea Caribe que esta allí, hasta hoy. Lo que hemos hecho es publicar varios libros sobre la historia de Caracas que permiten, creemos nosotros, dar una idea más sistemática de lo que ha sido la fundación de Caracas, toda la fase de la fundación de la ciudad, incluso, algo tan importante como fue el primer acueducto caraqueño, que a finales del siglo XVII, determinó la modificación del espacio caraqueño y la introducción de la cuadrícula urbana que había planteado Francisco Pimentel en el siglo XVI, se hace realidad a finales del siglo XVII. O sea, esta es una ciudad que necesita un conocimiento más sistemático.

Otro de los objetivos que se han trazado es crear un museo de Caracas, que no sería un depósito de piezas, sino un espacio para transmitir conocimiento por intermedio de imagines y objetos, que se entienda que la ciudad no es simplemente un espacio donde se vive y se trabaja, sino que ese espacio ha sido reducido socialmente por los caraqueños a lo largo de cinco siglos.

“Eso es parte del proyecto que tenemos en esta gestión del cronista: dejar de ser solamente una oficina limitada que funciona en torno a un personaje, a ser una institución municipal que trata de salir a la calle, que trata de hacer de la identidad cultural caraqueña el objetivo fundamental de esta iniciativa.

Igualmente se proponen crear un movimiento turístico municipal, de manera que quienes caminen por la ciudad conozcan la simbología histórica, identifiquen dónde ocurrieron los hechos resaltantes, como el 19 de abril de 1810, o donde se firmó el Acta de Independencia.

El peso histórico

Caracas es una de las ciudades históricamente más importante de América Latina. Todo el movimiento independentista de América Latina nace de alguna manera aquí en Caracas ¿por qué razón? Yo creo que Caracas ha sido desde siempre un espacio muy particular dese el punto de vista de la sociedad . Nosotros la hemos estudiado arqueológicamente durante un período que cubre cinco siglos y hemos visto que es una ciudad muy creativa culturalmente, y al mismo tiempo cuando te pones a ver la cantidad de personajes que nacen en Caracas en los siglos XVIII y XIX, todos son extraordinarios, en el mundo de las letras, la política, la milicia. Son personajes con una proyección muy amplia en América Latina y en el mundo, lo que pasa es que nunca los historiadores venezolanos nos hemos planteado estudiar eso. Tenemos un trabajo que publicamos hace poco sobre el destino manifiesto de Venezuela. Es verdad, hemos sido como territorio y como país, el inicio de una serie de iniciativas históricas que ha cambiado muchas cosas, sobre todo en el Caribe y América Latina, si podemos llamarla así . La última figura del presidente Chávez, que no solamente cambió las cosas en Venezuela, sino que también se convirtió en un impacto histórico tremendo en el resto del mundo. Hoy día nadie ignora al presidente Chávez. Si te pones a ver cuál ha asido la influencia de Chávez en la política de América Latina ha sido extraordinaria. La idea de gobernar para la gente, de gobernar para el poder popular es evidentemente una de las características que existe en muchos países de América Latina…”.

Mario Sanoja

El uno para el otro

El currículo resumido de Mario Sanoja lo detalla como caraqueño nacido en 1934. Doctor en Antropología por la Universidad Central de Venezuela (1966), licenciado en Etnología por la Universidad de La Sorbona, París (1961). Colaborador científico del Smithsonian Institution (1967), ha sido profesor de postgrado en varias universidades de Venezuela. Individuo de Número de la Academia Nacional de la Historia de Venezuela (1985) y Premio Nacional de Cultura, mención Humanidades, por el Ministerio del Poder Popular para la Cultura (2004).

De Iraida Vargas se informa que es antropóloga UCV (1964). Destaca su doctorado cum laude en Historia y Geografía en la Universidad Complutense de Madrid (1976). Colaboradora científica del Smithsonian Institution. Primera mujer en obtener el Premio Nacional de Cultura, mención Humanidades (2008). Ha sido docente en universidades de España, México, Costa Rica y Colombia, y además, investigadora nacional emérita por parte del Ministerio del Poder Popular para la Ciencia, la Tecnología y la Innovación.

T/ Manuel Abrizo
F/ Luis Graterol