Suárez Chourio: “Valió la pena”

El domingo pasado 4 de agosto, en el acto del 82 aniversario de la creación de la Guardia Nacional Bolivariana, realizado en la Academia Militar en Fuerte Tiuna, el presidente Nicolás Maduro ascendió a general en jefe de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, a Jesús Suárez Chourio, quien se convierte así, quizá, en el primer afrodescendiente en la historia venezolana en alcanzar tan alto grado militar. Chourio también se desempeño, desde 2017, como comandante general del Ejército Bolivariano.

En julio de este año había sido designado jefe del Estado Mayor Conjunto, durante el acto de transmisión de mando de los comandos generales del Ejército Bolivariano, Guardia Nacional Bolivariana y Milicia Bolivariana.

“He designado al mayor general Suárez Chourio jefe del Estado Mayor de la Comandancia en Jefe que dirijo, para reavivar, dinamizar y llevarla adelante, como una estructura creada por nuestro comandante Hugo Chávez y lograr, a lo que comprometo, contribuir una vez más… con humildad, pero con sabiduría a que nuestra Fuerza Armada Nacional Bolivariana siga su proceso de expansión, orgánica, institucional, doctrinaria, conceptual, operativa”, dijo el Mandatario nacional, luego de relevar a Chourio como jefe del Ejército.

Menos de un mes después, el Presidente colocaría sobre sus hombros la alta distinción de general en jefe, un honor con el que no fue otorgada a ningún afrodescendiente en las guerras de liberación libradas en Venezuela en el pasado. Chourio, un hombre proveniente de una familia humilde, y quien en numerosas ocasiones se ha presentado con orgullo como “este negro”, es uno de los oficiales que acompañó a Hugo Chávez durante la rebelión militar del 4 de febrero de 1992. Al frente de un pelotón, estuvo al lado del comandante en el para entonces Museo Militar de la Planicie, utilizado como puesto de dirección de las operaciones.

Al remontar cargos como militar, y con el nombramiento como comandante general del Ejército Bolivariano, en 2017, se divulgaron algunos rasgos de su hoja de vida, entre ellos que nació un 19 de julio de 1962.

“Suárez egresó en la promoción Francisco de Paula Alcántara de 1986 de la Academia Militar de Venezuela y ha desempeñado roles importantes dentro de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), como comandante de la 42 Brigada de Paracaidistas de Maracay, estado Aragua y comandante de la Zona Operativa de Defensa Integral (ZODI) Aragua. Es recordado por su participación activa en la rebelión cívico-militar del 4 de febrero de 1992, liderada por el comandante Eterno Hugo Chávez y, tras su muerte, fue uno de los que ayudó a cargar su féretro”, indica una de estas referencias informativas.

El 5 de marzo de 2014, con su boina roja, apareció ante las cámaras de televisión solicitando permiso al presidente Nicolás Maduro para darle parte de los participantes en el desfile cívico-militar en el Paseo Monumental de Los Próceres, con motivo del primer año de la ausencia física de Hugo Chávez.

“En nombre de Dios: Chavéz vive”, se le oyó decir con voz firme.

-La patria sigue- respondió el presidente Maduro.

-Independencia y patria socialista

-Viviremos y venceremos.

Buenos días, mi comandante en jefe. Permiso para hablar con usted y darle parte por el glorioso pueblo de Venezuela unido que se hace presente en este histórico y monumental Paseo de los Próceres.

-Adelante.

-Asisten 10 mil 270 combatientes socialistas, revolucionarios antiimperialistas y profundamente chavistas. Son 570 sistemas y 35 aeronaves adquiridas y repotenciadas en revolución por la visión de nuestro máximo líder (Chávez), movidos todos por el amor, la lealtad y el compromiso a ese gigante, mi comandante supremo. Hoy invocamos al espíritu de nuestro Señor Jesucristo, primer socialista de la humanidad como tú lo llamaste (Chávez), a los espíritus de nuestros abuelos indígenas que con fiereza y gallardía nunca se doblegaron ante los invasores opresores, a los espíritus de nuestros libertadores que ayer, dirigidos por el Padre de la Patria Simón Bolívar, nos dieron la libertad y la independencia, para pedirle que guiados por usted con firmeza nos permitan seguir transitando por el legado que ese 12 de diciembre de 2102 nos ordenara claramente. Unidad, unidad, unidad, unidad para la lucha, unidad para la batalla, unidad para la victoria y así preservar la patria bonita, libre, potente, soberana, independiente , unida y en paz. Solicito su autorización para dar inicio a este justo y merecido homenaje a nuestro gigante, comandante supremo y eterno, al cumplirse hoy el primer año de su salto a la inmortalidad, por siempre y para siempre, mi comandante en jefe”.

Las palabras de Chourio retumbaron y conmovieron en aquel momento, sobre todo por la circunstancia que, aunque había transcurrido un año, todavía estaba fresco el recuerdo de la partida de Chávez.

Valió la pena

A lo largo de sus intervenciones públicas, siempre ha mantenido en sus labios esas referencias a las batallas dadas por el pueblo a lo largo de la historia, primero por los guerreros indígenas que hicieron frente al invasor español, luego los negros esclavos rebelados contra el hacendado en los tiempos coloniales, después el pueblo hecho soldado al lado de Bolívar, triunfante en la Batalla de Carabobo y luego el soldado hecho pueblo el 4 de febrero de 2004, con Chávez liderando un puñado de jóvenes militares, enarbolando de nuevo las banderas bolivarianas, zamoranas, robinsonianas, en contra de un sistema opresivo, corrupto, que había vendido a la paria con sus ingentes riquezas y llenado al pueblo de miseria, exclusión.

En el programa La Voz de Chávez, que durante un tiempo condujo Adán Chávez, hermano del comandante, por Venezolano de Televisión, transmitido en febrero de 2018, Chourio volvió a recordar aquellas horas en el Museo Histórico Militar, durante la rebelión del 4 de febrero. El programa, al que asistió también Elías Jáua, ministro de Educación entonces, se transmitió desde el Cuartel de la Montaña, donde reposan los restos del comandante.

“Entrar a este santuario y recordar después de 26 años la aparición en esas cámaras de televisión al rayo Chávez, así lo llamo yo a nuestro comandante supremo. Apareció el rayo Chávez, trajo la luz, nos rasgó el velo. Nos hizo ver la luz otra vez. Bueno, recordar aquel momento histórico, glorioso, que partió la historia en dos, 26 años después, es decir, valió la pena. Fíjate, en este Cuartel de la Montaña, llamado ahora, en aquel entonces Museo Histórico de La Planicie. Este museo fue testigo de primera línea de cómo se desarrollaron los acontecimientos, cuando mi comandante sale por televisión, dos horas habían pasado de nuestra rendición. Como tú (Adán Chavez) lo dijiste, una derrota militar, pero nosotros no lo asumimos como una derrota militar sino como un triunfo, que valió la pena el esfuerzo desde hace 26 años aquí en este sitio. Al entrar me asaltaron los recuerdos de una garita que estaba por aquí, le pasaba revista a toda mi tropa, era como las 8:30, 9:00 de la mañana, le pasaba revista al perímetro completo, aquí en este puesto de comando de nuestra Operación Zamora, “ expresó.

Contó que él pasaba revista a una garita cuando Chávez se asomó y lo convocó al centro del patio del museo.

“Fue allí, done él nos informó a todos los oficiales que lo habíamos seguido por su talla moral, porque inspiraba eso: moral intachable. Nos dijo, compañeros oficiales, hemos decidido deponer las armas para que no haya más derramamiento de sangre. Entendiendo el momento, dijimos: vamos con usted hasta donde usted diga y lo que debemos hacer. Cuando fuimos al patio, depusimos las armas, entregó a todo su batallón e inclusive entregó todo el armamento para que vieran que no se había perdido nada. Y se lo llevaron unos funcionarios de aquel gobierno, y después salió por televisión dando su mensaje al país, un mensaje de honor y gloria, asumiendo la responsabilidad. Es lo más grande que puedo recordar de aquel momento final, de aquella noche larga del 4 de febrero febrero”, señaló.

En Carabobo

En junio de 2018, Suárez Chourio le tocó pronunciar, como jefe del Ejército, el discurso en el campo de Carabobo. Allí saludó al pueblo revolucionario, bolivariano, chavista. Señaló el acto como “un día de pueblo”.

Confesó que el 24 de junio también es el Día de San Juan Bautista, por eso había traído los chimbagleros para que lo acompañaran al “campo del honor”.

“Traje a los chimbagleros al campo del honor para que me acompañaran con su santo y me inspiraran con su repique de tambor; gracias queridos hermanos. Escuchen a este negro que con esfuerzo, sacrificio y dedicación, ha cumplido un año como comandante del mejor Ejército del mundo, que frente a ustedes y nosotros desfiló e hizo armas hoy en este campo del honor”.

Chourio hizo mención del comandante Chávez y su esfuerzo por dotar al Ejército con un excelente apresto operacional. Además, Chávez les hablaba siempre del Ejército consciente de sus raíces históricas y del sacrificio de quienes lucharon para obtener la libertad, la independencia y la soberanía. En una densa reflexión habló de aquellos héroes populares y del ejército que en 500 años enarbolaron las banderas de libertad.

Más de 500 años de lucha, con coraje, valentía y decisión, maceraron el temple del ejército patrio, el ejército pueblo y el ejército país para construir nuestra nación. Comenzaron con los aborígenes que con fuerzas defendieron estas tierras benditas del Imperio español, continuaron los negros rebeldes como Miguel de Buría, quien acabó con la tiranía de sus amos terratenientes e hizo a su negra, reina. Andrés López del Rosario, Andresote, un zambo cimarrón que dirigió una revolución entre 1730 y 17 32, y José Leonardo Chirino , otro zambo nacido en Curimagua, Falcón, quien lideró una rebelión a finales del siglo XVIII con gran valentía, coraje y mucho pundonor. Un ejército consciente de los movimiento preindependentista y de las causas del fracaso de la Primera y Segunda República. Un ejército que sabe que su lucha es para con el pueblo y con el pueblo, y que así fue como conquistó la independencia en la Tercera República. Un ejercito consciente de que la batalla de Carabobo significó el nacimiento político de la patria. Un ejercito emancipador, libertario, que lucha con pasión y amor, con una carga de fiereza heredada de nuestros abuelos indígenas; y la fuerza y coraje venida de los abuelos afrodescendientes. Por ningún motivo un ejército de ocupación que solo viene a destruir para luego explotar como una especie depredadora. Carabobo es el momento sublime en que un ejército y nuestro Libertador lo dirigió ya hecho armas. Fue aquí donde se juntaron los oficiales y generales con su pueblo. El blanco criollo, el negro, el indio, el zambo, el mulato y el mestizo. Todos unidos en una sola causa: expulsar al imperio depredador de España de estas sagradas tierras”.

T/ Manuel Abrizo
F/ Archivo CO