A desalambrar: ¡Música para seguir!

Según el Premio Nobel Albert Schweitzer “…hay dos formas de refugiarse de las miserias de la vida: la música y los gatos”, lo que es una idea que parece estar muy presente en el contexto de la pandemia. La ONU pensando en esto afirma que la música no cura una pandemia, pero alegra el alma y la felicidad ayuda al organismo a segregar dopamina, serotonina y endorfina, las cuales influyen en que nos mantengamos tranquilos y sanos.

Cuentan que todas las civilizaciones han tenido su propia música, por lo que la música nació con los seres humanos y entre los mayores inventos han estado los instrumentos sonoros que desde las épocas más remotas se han ido creando. A este elemento, los médicos y los psicólogos cada día le reconocen mayores virtudes. Por ejemplo, han descubierto que algunos pacientes que escucharon música con arpa o piano experimentaron menos dolor así como que con una correcta terapia musical los niños que sufren autismo mejoran sensiblemente.

Por ello, ahora que las personas están pasando grandes periodos de soledad, angustia e incertidumbre, la música está allí como un acompañante silencioso que nos recuerda que somos parte de la humanidad. En este contexto, las redes sociales han hecho verdaderas maravillas. Dejando a disposición de miles de personas, en tiempo real, conciertos que de ordinario no llegan a sus ciudades e incluso proporcionando a los músicos unas experiencias nuevas como interpretar con colegas que están en sitios muy distantes o presentarse al mismo tiempo en todo el mundo.

Sin embargo, nos quedan algunas cosas pendientes que están íntimamente relacionadas. Primero, todo el mundo de la música y del espectáculo que por no ser los protagonistas experimentan la desocupación actual y el riesgo del desempleo futuro. Segundo, los límites del disfrute de la música en los edificios donde se encuentran tan confinados como nosotros otras personas que pueden tener otros horarios y ocupaciones, que, deben respetarse. Tercero, las condiciones de seguridad y salud de los músicos y productores que han regalado su arte en estas condiciones.

Y si esto ha estado presente desde el comienzo de la pandemia, ahora que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reconocido que el aire es uno de los medios por los cuales se desplazan las partículas del Covid-19, tenemos que tener mucho más cuidado con las reuniones e incluso con el simple hecho de convidar a las personas a que se reúnan en las terrazas y ventanas.

Desde Caracas, en las redes predilectas para estos espectáculos, va saliendo una propuesta interesante como la que lleva la Alcaldía con el programa Bar en Red, la que dibuja Ciudad Canción con sus madrigueras y los programas que se desarrollan para recordar el centenario de Aquiles Nazoa, recordando que en la alegría también crecen los derechos culturales de un pueblo, de lo que seguramente saldrán luego nuevas y mejores prácticas pero que siempre requieren que se hagan contando que la pandemia se dispara y debemos de tener cuidado.

@anicrisbracho
Caracas