El fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, ha confirmado este jueves en una rueda de prensa en la capital, Caracas, que el Ministerio Público detuvo a 10 empleados de PDVSA por presuntamente “desviar diésel y gasolina premium desde la planta de distribución de Bajo Grande en Maracaibo”.
“Informamos sobre este hecho donde se ha pretendido delinquir a través de la venta ilegal y la comercialización del combustible, sobre la detención de 10 funcionarios de PDVSA, entre operadores y gerentes, por el desvío de diésel y gasolina premium en la planta de distribución de Bajo Grande en Maracaibo [estado Zulia, oeste]”, ha denunciado el alto funcionario.
Conforme a las investigaciones, el desvío de combustibles causó la pérdida de 1 931 373 litros de gasolina premium (equivalentes a 50 cisternas), así como 1 087 878 litros de diésel (unas 28 cisternas). Según el fiscal, el delito afectó a la distribución de combustible a los estados del oeste del país, incluidos Zulia, Mérida, Trujillo y Táchira.
En este contexto, ha llamado a toda la sociedad a “mantener su confianza” en la Justicia venezolana que castigará a los responsables de este tipo de acciones.
De acuerdo con los medios locales, sobre los detenidos pesan acusaciones de contrabando agravado, peculado doloso, terrorismo y asociación.
Esto ocurre, “en medio de la crisis de combustible que atraviesa el país, producto de las sanciones y el bloqueo económico” provocados por Estados Unidos, ha denunciado el fiscal general de Venezuela.
En los últimos tiempos, la industria petrolera se ha convertido en uno de los principales blancos de las sanciones de Estados Unidos con el objetivo de derrocar al presidente legítimo de Venezuela, Nicolás Maduro.
Bajo el mandato del expresidente Donald Trump, EEUU impuso una serie de embargos al país bolivariano, como prohibición a ciudadanos y empresas estadounidenses de comprar el petróleo venezolano, y la congelación de activos en entidades bancarias extranjeras, entre otros.