La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, señaló este lunes que el plan Brasil sin Miseria, que esta semana cumple un año de lucha contra la pobreza extrema, ha beneficiado a unas 700 mil familias de escasos recursos.
En su programa radial de los lunes Café con la Presidenta, Rousseff destacó que durante este primer año el esfuerzo de concentró en localizar a la población que aún no recibía los beneficios del plan contra la pobreza.
Acotó que “encontramos 700 mil familias viviendo en la miseria tanto en zonas rurales, urbanas y bosques (…) Con Brasil sin Miseria estamos enfrentando el desafío de acabar con la extrema pobreza en el país”.
En tal sentido, la mandataria subrayó que ese es el compromiso de su gobierno, que también incluye garantizar salud, alimentación, agua potable, educación y calificación profesional.Añadió que el plan Brasil Cariñoso lanzado el pasado 13 de mayo forma parte de Brasil sin Miseria y está destinado a menores de seis años.
En referencia a los adultos de bajos recursos precisó que el Ejecutivo tiene diferentes proyectos de formación profesional en cursos gratuitos, para esas personas de baja escolaridad pero quieren aprender una profesión para obtener mejor salario.
“Ya tenemos 89 mil matriculados en cursos de jardinero, mecánico, pintor y varios más. Un dato interesante es que 70 por ciento de esos cupos fueron cubiertos por mujeres, quienes buscan nuevas oportunidades en el mercado de trabajo, incluso en actividades que antes eran dominadas por hombres”, agregó Rousseff.
Enfatizó que pese a los avances “aún resta mucho por hacer” para dar más oportunidades para todo el pueblo. “Es un gran desafio, pero estoy feliz por ver que la erradicación de la miseria ha contado con la colaboración de todos”.
Al respecto, la Jefa de Estado indicó que tanto los gobiernos estadales y municipales, como los empresarios y la sociedad están movilizados para tener no sólo un país rico, sino cada vez más fuerte y con oportunidades para todos los 190 millones de brasileños y brasileñas.