El Gobierno de Haití ha distribuido más de 40.000 kits de comida tras los daños causados por el huracán Sandy, insumos que sirven para alimentar a familias de cinco personas por una semana, informó el presidente de este país, Michel Martelly.
Durante una entrevista transmitida por Telesur, el Presidente aclaró que para dar respuesta a este evento han puesto en marcha el plan nacional para evitar el «estallido de una próxima crisis alimentaria» luego del paso del huracán.
«Unos de los sectores más afectados ha sido la agricultura. Los más vulnerables, aquellos que vivían en carpas, han pasado momentos muy difíciles. Un gran número de carpas han sido destruidas y hemos visto como varias ciudades se encuentran inundadas. El número de personas fallecidas asciende a 60 y muchas viviendas también han sido destruidas», detalló Martelly.
Comentó que antes del ciclón el país atravesó una situación muy grave por una larga temporada de sequía que causó grandes daños en las cosechas. Indicó que cerca de 70% de las cosechas fueron afectadas.
«Tal como lo hemos dicho, existe una situación muy difícil con las vías que han quedado sin paso. Lo que ha traído como consecuencia que no exista comunicación entre ciertas ciudades y que sea realmente difícil hacerle llegar la ayuda a la población. Cuando constatamos el impacto que ha tenido el reciente ciclón sobre Haití es imperativo pensar en detener, de una vez por todas, este problema, para así disminuir el sufrimiento del país», expresó.
El Presidente aprovechó para agradecer el apoyo brindado por Venezuela ante esta difícil situación. «Gracias al gran apoyo que nos han brindado nuestros hermanos venezolanos, a través de los barcos que han enviado, hemos comandado un programa de almacenamiento de arroz, cuya finalidad consiste en insertar en los mercados ese producto de primera necesidad», señaló el jefe de Estado.
Martelly reconoció que aún existen muchas carencias en la nación, a pesar de la ayuda nacional e internacional que se ha destinado para contribuir con los miles de afectados por los fenómenos naturales ocurridos durante los últimos dos años, como el terremoto de enero de 2010.