A 71 años de la siembra de Mahatma Gandhi, su legado pacifista está más vigente que nunca

Tal día como hoy, 30 de enero, pero hace 71 años, falleció el líder independentista de la India, Mahatma Gandhi, predicador de formas de luchas pacíficas contra el régimen colonial británico, recordó este miércoles el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros.

A través de su cuenta en Twitter, el jefe del Estado venezolano señaló que la lucha de Gandhi es inspiradora para todos los pueblos del mundo.

«Se cumplen 71 años de la siembra de Mahatma Gandhi, líder y artífice de la independencia de la India. Ejemplo de perseverancia y de lucha pacifica por los derechos del pueblo. La fuerza de sus convicciones deben ser una referencia para los que anhelamos la paz de nuestra patria», escribió el mandatario por la referida red social.

CONTEXTO

La doctrina política de Gandhi resultó de la confluencia de sus experiencias personales y del conocimiento de la obra de tres teóricos de la reforma social del siglo XIX, quienes predicaban formas de lucha pacíficas para impulsar cambios: John Ruskin, quien promovía “la actuación desinteresada”, Henry David Thoreau, practicante de la desobediencia civil y quien sostenía que el padecimiento de los hambrientos se debía a la desmesura “de quien come demasiado”. Y finalmente León Tolstoi, cuya doctrina impelía a armonizar palabras y hechos, “fe y conducta”, así como a vivir con frugalidad, el desasimiento de bienes materiales y hacer trabajo manual.

INDEPENDENCIA Y NO VIOLENCIA

Gandhi alcanzó su pedestal en la historia universal por haber guiado victoriosamente la resistencia de su país en contra el régimen colonial británico. Y ello lo hizo apelando a marchas continuas y concentraciones de protesta pacífica contra las autoridades, campañas de desobediencia no violentas, ayunos y huelgas de hambre que en todo caso él encabezaba siempre, siendo víctima de arrestos y hasta del presidio por varios años, y de golpes en varias oportunidades. En la mente de los indios, tras 500 años de colonialismo, resultó crucial la fuerza del ejemplo de Gandhi, cuya vida estuvo en riesgo muchas veces por los largos ayunos a que se sometía en pos de sus elevados propósitos.

ORIENTE Y OCCIDENTE

Tras visitar Londres por tres meses en 1931 Gandhi, quien fue invitado por el Gobierno británico para tratar la situación de India, reflexionó sobre la coincidencia de civilizaciones, concluyendo: “…No recuerdo un solo momento en que me haya invadido la sensación de que Oriente y Occidente sean irreconciliables”. Gandhi expuso que la naturaleza humana es la misma en cualquier lugar “sin importar el cielo que contempla”.

HACIA EL HOMBRE NUEVO

El gandhismo es una propuesta política sustentada en una visión de religiosidad universal, que relaciona la tolerancia con la naturaleza en todas sus formas de vida y el camino para el dominio de las propias pasiones. A ello Gandhi dio el nombre de Satyagraha, palabra compuesta del sánscrito, que contempla el empeño por superar los obstáculos hacia el autodominio, sometiendo las pasiones, lo que conlleva el control de los sentidos. Y para ello se debe empezar, dice Gandhi, por la frugalidad en el comer, evitando condimentos, e ingiriendo en lo posible al natural. Se desarrolla la fuerza espiritual, dice Gandhi, mediante continencia, evitando hacer del sexo una función autónoma. Y dichas metas se obtienen paulatinamente.

“UN CORAZÓN VALIENTE”

“(…) que la mayor parte de nuestros compañeros se afanen en esta causa imbuidos de un fuerte espíritu. El patriotismo debe espiritualizar la vida pública, y el patriotismo debe llevar el corazón hasta el punto de que todos los demás afectos resulten insignificantes a su lado; un patriotismo ardiente dispuesto en cualquier momento a sacrificarse por la patria; un corazón valiente al que ni dificultades ni peligros desvíen de su camino (…) quien se dedique a esta misión deberá sentirse satisfecho y alegre dedicando todas sus fuerzas a servir a su propio país” [Palabras de Mahatma Gandhi, citadas por Heimo Rau, Gandhi, Salvat, 1984].

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